martes, 20 de diciembre de 2016

Sobre celibato y pedofilia en contextos religiosos católicos


Por Juan Manuel Otero Barrigón. // Cada vez que sale a la luz pública un nuevo caso de abuso sexual a menores en contextos religiosos católicos, suelen aflorar, desde ciertas voces desinformadas, dos planteos para explicar lo ocurrido. Por un lado, la pretendida relación entre celibato y pedofilia, y por el otro, el presunto vínculo entre pederastia y homosexualidad. Respecto a este último punto, ciertos sectores interesados (algunos, de la misma Iglesia) han pretendido instalar la nefasta idea de que la homosexualidad explicaría los casos de abuso, algo que desde hace años ya ha sido totalmente desestimado por los profesionales de la salud mental. No existe ninguna relación de causalidad entre homosexualidad y pedofilia. El primer punto es más complejo y problemático. El celibato es una norma disciplinaria proclamada por la Iglesia en los concilios de Letrán (siglo XII) y de Trento (siglo XVI), que surgió inicialmente al calor de las necesidades materiales y económicas de la institución, lejos de todo mandato evangélico. Y si bien es cierto que contextos religiosos de fuerte represión sexual, sobre todo cuando van de la mano de un pobre desarrollo emocional de sus miembros, son dables de impulsar vías distorsionadas de descarga pulsional, las estadísticas indican que la mayor prevalencia de abusos a menores ocurren en contextos intrafamiliares, en circunstancias en las cuales el criminal sexual no estaría impedido de vivir su sexualidad de manera natural. Entonces ¿ser sacerdote o célibe inclina hacia la pederastia? Podemos decir claramente que no. ¿Ser pederasta inclina hacia el sacerdocio? Ahí la respuesta ya es diferente, porque la Iglesia suele actuar de elemento protector en estos casos, ya que el sacerdote pederasta siempre piensa que es mejor caer en manos del obispo que del fiscal. Además, ciertas vocaciones sacerdotales posibilitan el contacto frecuente con menores de edad, algo que todo pedófilo se afana en encontrar. Es por tal motivo que aquellas profesiones que se desarrollan en relación con menores suelen ser frecuentemente las elegidas por el criminal pedófilo. Difícilmente encontremos muchos pederastas trabajando en geriátricos. Los instintos pedófilos suelen aparecer en la adolescencia y en los primeros años de juventud, por lo cual, cuando uno entra al seminario, ya suele albergar estos estímulos. Aquí, el celibato, puede complicar aún más la situación, ya que dicha norma no posibilita una salida diferente a las necesidades sexuales del pedófilo, agudizando su estrés psicológico con consecuencias a veces aberrantes. Esto no implica, como podemos ver, que la norma celibataria per sé (amén de su carácter a esta altura ya arcaico) sea la causa de los casos de abuso por parte de sacerdotes católicos. Sino por el contrario, muchas veces, su disparador, en personalidades ya patológicamente predispuestas. Entre los religiosos existe la misma proporción de heterosexuales, homosexuales o pedófilos "que entre la población en general"; la diferencia es que, en estos casos, existe una estructura que oculta a estos últimos. Otro tema es si la castidad como valor pregonado por muchas religiones es un elemento perturbador, o no, de la salud del individuo. Pero este tema lo dejaremos para otro momento. Finalmente, digamos que desde el estallido de los casos de abuso a menores por parte de curas católicos, distintos episcopados en el mundo decidieron incorporar exámenes psicológicos a todo aspirante al sacerdocio. Si bien ello no supone una garantía segura, es una medida necesaria, tanto como que dichos exámenes fueran realizados, para garantizar su fiabilidad, por profesionales ajenos a la institución. El clima de secreto y el aislacionismo ideológico inherente a muchas organizaciones religiosas, también es un factor que contribuye a perpetuar situaciones de abuso con el paso del tiempo. Algo que puede verse reflejado en los numerosos casos de abuso que, en las últimas semanas, trascendieron mediáticamente involucrando a algunos Testigos de Jehová.

viernes, 9 de diciembre de 2016

Sobre microdinámicas patologizantes


Lamentablemente, cuando se habla de procesos de manipulación psicológica y abuso emocional en contextos "religiosos" y "espirituales", los medios masivos de comunicación suelen poner el foco (a menudo, de manera tendenciosa) en grupos minoritarios (comúnmente llamados "sectas"), sin atender a esas mismas dinámicas tal y como ocurren en el interior de muchas instituciones tradicionales, esto es, respetadas socialmente. No obstante,  un caso trascendido meses atrás, debería valernos para recordar que este tipo de problemáticas nada tienen que ver, bajo el prisma de la salud mental, con el carácter mayoritario o minoritario de los grupos religiosos, sino con sus métodos y dinámicas de funcionamiento colectivo, que en el caso de instituciones amplias como la Iglesia Católica, se constituyen muchas veces en microdinámicas patologizantes que anidan en su seno. Tal pareciera ser el caso puntual de la congregación religiosa denunciada en la provincia de Entre Ríos por abuso psicológico, torturas y malos tratos. En los hechos, dos ex monjas de un monasterio de Carmelitas Descalzas en Nogoyá, denunciaron a las superioras del convento en lo que hasta ahora supuso la imputación de la madre superiora por "privación ilegítima de la libertad", algo a lo que se podría sumar el delito de "reducción a la servidumbre". Por el momento, todo está bajo investigación. Amén de la legitimidad de las prácticas (voluntarias) de mortificación corporal que son comunes en muchas congregaciones (un tema complejo, que excede lo que se intenta plantear aquí), casos como este, nos ayudan a destacar que es fundamental, en toda vida espiritual o religiosa que aspire a su plenitud, la posibilidad de tomar decisiones libres de toda forma de coacción, engaño, abuso, amenaza, o censura. Y que lo contrario es dable de que ocurra en todo tipo de grupo, cualquiera sea su contenido doctrinal, y su número de integrantes, toda vez que los procesos subyugantes instrumentados en detrimento de sus miembros, suelen imbricarse con la psicopatología de su promotor, o bien, con su "locura moral". Juan Manuel Otero Barrigón, Septiembre 2016. 

Una nota sobre el caso mencionado puede leerse aquí:
--> http://misionesonline.net/2016/08/25/la-pesadilla-de-las-monjas-de-nogoya-eran-torturadas-y-humilladas-en-el-convento/

jueves, 1 de diciembre de 2016

La persona humana en los grupos abusivos


La persona humana en los grupos abusivos, por Juan Manuel Otero Barrigón

Las grupos sectarios abusivos, en su dinámica de control y abuso emocional, pretenden abarcar la totalidad de la persona humana, atentando contra la individualidad de sus miembros y reemplazándola por el colectivo sectario que no tolera señales de ninguna clase de autonomía e independencia.

La clásica definición de Boecio, posteriormente retomada por Tomás de Aquino, definía a la persona como ‘substancia individual de naturaleza racional’. Supuesto que, en cuanto tal, refiere un todo completo, unitario, cuyos aspectos fundamentales son la individualidad y la subsistencia, siendo su constitutivo formal el ‘esse’, el acto de ser personal. No obstante, y más allá de los innumerables enfoques filosóficos, religiosos y psicológicos que se han propuesto a lo largo de la historia del pensamiento para comprenderla, puede bien ser concebida a partir de la integración de siete niveles, a saber:

Físico
Químico
Biológico
Psicológico
Social
Ético-Moral
Espiritual

Siete niveles de integración, cada uno de los cuales, en escala ascendente, suponen al anterior hasta llegar a la dimensión espiritual, tan solo accesible, hasta donde sabemos hoy, a la condición humana.

Ninguno de estos aspectos queda fuera del dominio de los grupos sectarios abusivos. La dimensión biológica, incluyendo en ella los aspectos físico-químicos que constituyen el organismo, es sometida mediante diversas tecnologías de control, que incluyen dietas, ayunos, intensa actividad laboral y manipulación del sueño, con el fin de generar desorientación, pérdida del sentido crítico, y alteraciones en la memoria y el pensamiento, dando lugar de esta manera a una mayor disposición para subordinarse y obedecer.

Sin embargo, quizás sea en el terreno psicológico el más conocido de los campos en los cuales tiene lugar la batalla por el control de la víctima de los grupos abusivos. Son numerosas las técnicas de coerción y manipulación empleadas por dichos grupos en este terreno, con la pretensión de desestabilizar el sentido de sí mismo que tiene la persona, conseguir que la misma reinterprete su cosmovisión y su visión del mundo, y acepte, de esta manera, un nuevo ‘relato’ sobre la realidad.

Debe aclararse que no deja de ser algo ficticia la discriminación entre manipulación psicológica y fisiológica recién planteada, si consideramos la unidad psique/soma que constituye la persona humana, con la consiguiente conjunción de ambas dimensiones y su constante interacción.

Todo grupo abusivo se posiciona frente a la sociedad. Pretende constituir, de hecho, la reserva moral y salvífica frente a un mundo que se concibe como corrupto y oscuro, considerándose en ocasiones inútiles los esfuerzos por pretender modificarlo, y aspirando en otras a su reconstrucción utópica. La moral sectaria, aferrada a un rigorismo que entroniza la letra antes que su espíritu, conlleva una percepción maniquea de la realidad y el mundo, donde todo aquello que no pertenece al grupo es asumido como maligno, por lo que se procura deshacer progresivamente los lazos que unen al miembro sectario frente a todas y cada una de sus relaciones anteriores a la vida en el grupo y a sus actividades personales y profesionales, ahora reinterpretadas negativamente, como propias de un pasado vergonzante.

Cualquier miembro sectario posee una innegable convicción de estar siendo sujeto de una experiencia espiritual trascendente. Son, en ese sentido, “esclavos felices”*, cuya individualidad, severamente dañada por las practicas coercitivas de estos grupos, facilita la reconstrucción de una nueva identidad de la cual emerge, al decir winnicotiano, un 'falso self' que obstaculiza el genuino crecimiento personal y espiritual de sus miembros, al tiempo que les impide el libre ejercicio de sus derechos fundamentales.


* "Los esclavos felices", título original de una Opera en dos actos de Juan Crisóstomo Arriaga, de 1820. También es el nombre de la primer película argentina integramente dedicada a la problemática sectaria, estrenada en 2004.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Estrategias de violencia psicológica



Las estrategias de violencia psicológica y su aplicación en los ámbitos de la pareja, del trabajo y de los grupos manipulativos, por Álvaro Rodríguez-Carballeira (1), Carmen Almendros (2), Jordi Escartín (1), Clara Porrúa (1) ,Javier Martín-Peña (1), Fecerico Javaloy (1), José Antonio Carrobles (2)

Universidad de Barcelona (1), Universidad Autónoma de Madrid (2)

Tras una revisión del campo de la violencia o abuso psicológico, se analiza su aplicación en tres ámbitos distintos, con objeto de estudiar las similitudes y diferencias existentes entre ellos. En concreto, se estudia el abuso psicológico aplicado en grupos manipulativos como algunas sectas, el aplicado en la violencia de pareja y el aplicado en el contexto laboral (mobbing). A través de un amplio análisis de las investigaciones realizadas y de las escalas de medida construidas sobre el tema, se proponen tres nuevas clasificaciones de estrategias de abuso psicológico, una para cada ámbito. La comparación entre ellas muestra un importante paralelismo, especialmente entre las utilizadas para el sometimiento de un adepto al grupo y las utilizadas para el sometimiento del cónyuge o pareja.

El estudio de la agresión y la violencia es uno de los grandes clásicos de la investigación en psicología y en las ciencias sociales en general. Sin embargo, ha sido en las dos últimas décadas cuando se ha producido un incremento notable de la investigación científica sobre la agresión de carácter psicológico. Algunos ejemplos de la relevancia social de las conductas de agresión o abuso psicológico podemos hallarlos en el ámbito de la violencia de pareja, en el de la violencia en el lugar de trabajo (mobbing), en el de la violencia entre escolares (bullying) o en el de grupos de manipulación y coacción, como las llamadas sectas coercitivas.

En general, las investigaciones realizadas sobre agresión o abuso psicológico se circunscriben a uno de esos ámbitos específicos de aplicación. El estudio aquí presentado analiza el abuso psicológico como un fenómeno con entidad propia, que muestra elementos comunes en los distintos ámbitos de aplicación, a la vez que elementos diferenciales para cada uno de ellos.

La poca relevancia que el estudio de la agresión de tipo psicológico ha tenido en el ámbito científico, hace que asistamos todavía a una cierta inmadurez o confusión conceptual. Mientras la agresión física parece más fácilmente delimitable, la de tipo psicológico plantea problemas en su alcance, centrados básicamente en si, además de las conductas que parecen más obvias, como la amenaza o la humillación, abarca o no otras más sutiles (Marshall, 1999), como pueden ser la manipulación de la información o la desconsideración de las emociones de la otra persona.

Esa dificultad para precisar los límites de la agresión no-física es, quizá, la que más impide lograr una definición consensuada de la misma, y también la que más contribuye a la dispersión de términos para denominarla. Así nos encontramos que diferentes autores han utilizado, con un significado muy similar, expresiones como: abuso psicológico, agresión psicológica, violencia psicológica, maltrato psicológico, maltrato emocional, abuso emocional, abuso no-físico, abuso indirecto, abuso verbal, abuso mental, tortura mental, manipulación psicológica o acoso moral.

En lo que coinciden muchos investigadores es en que el abuso psicológico suele ser tan dañino como el físico o el sexual (Egeland y Erickson, 1987; O’Leary, 1999). Otras investigaciones apuntan que las consecuencias adversas que provoca este tipo de violencia en la salud del que la sufre, se manifiestan incluso antes de la aparición del maltrato físico (Follingstad, Rutledge, Berg, Hause, Polek, 1990) y con un impacto psicológico igual o mayor al provocado por las agresiones físicas (Henning y Klesges, 2003; Marshall, 1992; Sackett y Saunders, 1999; Street y Arias, 2001).

Algunos investigadores hallaron que la mayoría de víctimas estudiadas juzgaron la humillación, la ridiculización y los ataques verbales como más desagradables que la violencia física experimentada (Walker, 1979; Follingstad et al., 1990), lo que también se recoge así en un informe de la OMS (1998) que indica que el peor aspecto de los malos tratos no es la violencia misma, sino la "tortura mental" y el "vivir con miedo y aterrorizados".

La utilización de las estrategias de abuso psicológico es susceptible de producirse, en alguna medida, en cualquier relación de interacción continuada entre dos o más personas. Una variable que facilita el abuso y está a menudo presente, proviene del hecho de que la parte abusadora tenga a priori alguna capacidad de poder y control sobre la otra parte.

Este trabajo centra su análisis en tres tipos posibles de relaciones de abuso: las que pueden producirse en grupos manipulativos, como las sectas coercitivas respecto a un miembro o adepto; las que pueden darse en una relación desigual de pareja, habitualmente del hombre hacia la mujer; y las que pueden darse hacia un trabajador en el lugar de trabajo, habitualmente por parte de alguien de superior estatus. Sin embargo, la aplicación del abuso psicológico puede abarcar otros tipos de relaciones diádicas como maestro-discípulo o terapeuta-paciente, pasando por las posibles dinámicas totalitarias de algunas de las llamadas "instituciones totales" (Goffman, 1961), hasta formas más genéricas de utilización, como ocurre con las estrategias de "guerra psicológica" o bajo el control y el intervencionismo de un sistema de gobierno dictatorial.

El objetivo de este estudio es analizar los tres ámbitos de abuso psicológico (en grupos, en pareja y en el trabajo) de forma específica pero a la vez de manera simultánea y desde una perspectiva común del abuso para la dominación del otro, bien sea para buscar su sometimiento o bien su exclusión. Esa perspectiva nos permitirá así señalar con más nitidez la parte común y la diferente en las estrategias de abuso psicológico en los distintos ámbitos.

El objetivo concreto es, pues, el de obtener una nueva categorización de las estrategias de abuso psicológico utilizadas en cada uno de los tres ámbitos citados, desde un enfoque psicosocial similar al ya utilizado con anterioridad respecto a grupos manipulativos o sectas (Rodríguez-Carballeira, 1992). Este enfoque permite hacer una clasificación de estrategias de abuso suficientemente inclusiva, comprendiendo tanto las evidentes, como las más sutiles.

Para llegar a esta clasificación se procedió a un amplio análisis de las investigaciones sobre el tema, especialmente de las categorizaciones de abuso psicológico y de los instrumentos de medida existentes al respecto.

Tras dicho análisis se propone la siguiente clasificación de estrategias de abuso psicológico (ver tabla). A la hora de denominar a las estrategias, se procuró en lo posible, el uso de términos que definieran cada componente del abuso psicológico por su acción abusiva, tratando de evitar el aludir a la reacción que provoca o a las consecuencias que pueden llegar a ocasionar más comúnmente.

Tabla 1: Clasificación de las estrategias de abuso psicológico aplicadas en tres ámbitos difernetes


Se propone una clasificación de seis estrategias para cada ámbito, siendo las cuatro primeras prácticamente coincidentes (se recogen aquí solamente las seis grandes categorías de estrategias, puede verse la clasificación completa en el artículo original). Las tres primeras estrategias aluden a distintos factores referidos al contexto o situación: sobre el aislamiento (1), sobre el control de la información (2) y sobre otros controles de la vida cotidiana (3). Los tres últimos abarcan los principales componentes de índole personal: los de carácter más emotivo (4), más cognitivo (5) y más comportamental (6).

Este estudio simultáneo de diversos ámbitos de aplicación del abuso psicológico, algo poco habitual desde una visión conjunta, facilita el enriquecimiento mutuo entre ellos y permite un mejor análisis comparativo de los mismos.

El resultado muestra de forma coherente un patrón común de seis grandes categorías muy similares para clasificar las formas específicas de abuso psicológico en cada uno de los tres ámbitos de aplicación estudiados. Se intenta comprender el abanico de estrategias de abuso que recorren un continuo desde lo sutil hasta lo más evidente, teniendo presente también que en cada estrategia suele dibujarse otro continuo desde las formas más indirectas a las más directas de aplicarla concretamente.

A la vista de las tres categorizaciones de abuso psicológico propuestas, se desprende una primera observación: el elevado paralelismo existente entre las estrategias de abuso utilizadas en el seno de grupos manipulativos del estilo de las sectas coercitivas, y las utilizadas en la relación violenta de pareja. En ambos casos, se persigue generalmente el sometimiento de la persona sobre la que se aplica el abuso, bien sea a la autoridad del grupo, bien al cónyuge o compañero abusador.

En ambos casos, también, se trata de relaciones en las que predomina el establecimiento de un vínculo de carácter íntimo. La diferencia notable la marca el mobbing, donde la relación tiene un carácter menos íntimo y el objetivo perseguido suele ser la exclusión del trabajador. En el entorno laboral, las formas de abuso emocional parecen no ser tan extensas y las categorías de control de la vida personal e imposición de creencias, tienen poca cabida en la mayoría de situaciones.

El denominador común del abuso en los tres ámbitos parece ser la búsqueda del aislamiento de la persona, la intervención sobre las posibles variables de su entorno inmediato y el abuso emocional hacia ella.

Algunas utilidades de esta clasificación pueden ser, por un lado, servir para desarrollar a partir de ella un nuevo instrumento de medida (uno para cada ámbito, actualmente en desarrollo); y por el otro, y de manera más inmediata, permitir una aplicación práctica de la misma, pudiendo ser usada a modo de guía de orientación para evaluar la presencia o no de abuso psicológico en un caso determinado, dentro de los tres ámbitos de estudio citados.

Cuando se habla de abuso psicológico (acoso, hostigamiento, etc.) se está aludiendo a una aplicación sistemática y continuada de las estrategias de abuso, donde será necesario comprobar el número, intensidad y frecuencia de su utilización. Futuras investigaciones han de seguir estudiando el fenómeno del abuso psicológico como tal y en sus diferentes aplicaciones, para ir introduciendo mejoras que permitan una más adecuada evaluación del mismo, necesidad reconocida actualmente tanto por los investigadores como por los profesionales.

Nota: Este trabajo es fruto del proyecto de investigación cofinanciado por el Ministerio de Educación y Ciencia y fondos FEDER con el código SEJ2004-01299.



La versión completa de este artículo puede encontrarse en el Anuario de Psicología: Rodríguez – Caballeira, A., Almendros, C., Escartín, J., Porrúa, C., Martín – Peña, J., Javaloy, F. y Carboles, J.A (2005).Un estudio comparativo de las estrategias de abuso psicológico: en pareja, en el lugar de trabajo y en grupos manipulativos. Anuario de Psicología, 36 (3), 299-314.

jueves, 10 de noviembre de 2016

Love Bombing (cortometraje)


"Love Bombing" (2008), interesante cortometraje inglés de Philip Lepherd y Keir Nuttall basado en la popular técnica de sensibilización afectiva empleada por grupos abusivos. 

martes, 1 de noviembre de 2016

El caso Nueva Jerusalén


El caso Nueva Jerusalén: Fundamentalismo, PRI y Estado Teocrático en México.- por Juan Manuel Otero Barrigón (escrito en 2009)

Desde hace ya aproximadamente 36 años, el Estado de Michoacán, en México, alberga en su seno una especie de microestado religioso, integrista y milenarista, en el que al ingresar podríamos tener la sensación de estar retrocediendo en el tiempo hasta la época de Jesús y sus apóstoles, sino fuera porque los hombres portan en sus cuellos vistosos rosarios que nos acercan un poco más en la historia, siendo que es sabido que dicho instrumento de oración fue producto de la tradición posterior, pero para situarnos no mucho mas allá de la Edad Media.

Y es que ingresar a la comunidad Nueva Jerusalén, o salir de ella, implica lisa y llanamente moverse entre un lado y otro de una línea que separa nuestro entrado siglo XXI de épocas en las cuales ni la televisión ni la radio existían, y donde distracciones que ya desde antaño son propias de la humanidad, en este lugar están terminantemente prohibidas, como si se tratara de un enorme monasterio a cielo abierto.

En el año 1973, una campesina del municipio de Turicato llamada Gabina Romero, le confió al sacerdote católico del pueblo, Nabor Cárdenas Mejorada, que había recibido la visita de la virgen, la cual le había asegurado que tanto él como Gabina habían sido elegidos para construir una eremita a la cual pudieran llegar los peregrinos y rezar por la salvación de la humanidad. Además, le confió que desde ese momento ambos deberían hacerse llamar Papá Nabor y Mamá Salome respectivamente, lo cual el cura aceptó como un milagro, y presuroso a seguir las indicaciones de Gabina, fundó en el cerro conocido como ‘El Mirador”, la llamada Nueva Jerusalén.

Peregrinos comenzaron a llegar, y construyendo chozas para así poder venerar a la Virgen del Rosario, se fue dando forma a lo que sería luego una comunidad regida bajo los dictámenes de Papá Nabor, siempre actuando, vale aclarar, bajo la inspiración o las expresas direcciones de la mismísima Virgen.

Nabor impuso, entre otras cosas, el uso para las mujeres de polleras largas y velos típicos de la Palestina del primer siglo, la prohibición de usar cosméticos, y la restricción para los hombres de usar el pelo largo. Había que concurrir todos los días a la misa celebrada en latín y era obligación para niños y adultos caminar rosario en mano y con un escapulario colgando del cuello. Un letrero señalaba la prohibición de encuentros amorosos entre jóvenes, y la música y los bailes quedaban clausurados, a menos que estuvieran dirigidos exclusivamente a la Virgen María del Rosario.

Papá Nabor

La comunidad contaba además, con autoridades de seguridad propias y cualquier trasgresión a alguna de estas normas era motivo suficiente de expulsión, pena intrínsecamente ligada y equivalente en estos movimientos a la condena eterna.

En el año 1981 muere Mamá Salome, la Virgen se le aparece a Papá Nabor y le propone dos posibles reemplazantes de la vidente difunta, siendo la nueva elegida María de Jesús Bautista, una ex prostituta cuya elección motivó luchas internas, persecución de disidentes que rechazaban a la nueva bendecida y hasta expulsiones de la comunidad. María de Jesús ocupó el cargo hasta el año 1989, cuando fue elegido como nuevo interlocutor de la Virgen el polémico Agapito Gómez Aguilar, quien se convertiría con el tiempo en el nuevo hombre fuerte de la comunidad.

Vale mencionar que el crecimiento del movimiento era mirado con desconfianza por la Iglesia Católica oficial, siempre prudente a la hora de dar crédito a los supuestos casos de ‘revelacion privada’ (tal sería, estrictamente, la denominación de las visiones que Mamá Salomé y Papa Nabor decían tener de la Virgen) y reacia a las tendencias claramente preconciliares y totalitarias que eran distintivas de la comunidad. De hecho, al día de hoy, y mas allá de la esperanza y los pedidos de reconversión que la Iglesia oficial ha hecho a los miembros de Nueva Jerusalén, siguen estos sin ser reconocidos como parte de la institución, y por ende, considerados cismáticos.

Las nuevas dotes de videncia de Agapito Gómez incluían ya no solo la recepción de mensajes procedentes de la Virgen, sino que además había incorporado a su repertorio mensajes emitidos por figuras como Lázaro Cárdenas, militar y ex presidente mexicano, Pío XII y John F. Kennedy, entre otros personajes históricos. Muchos no creyeron, y por lo tanto, muchos fueron expulsados nuevamente de la comunidad, que como podemos ver, no admitía divergencias de ningún tipo, característica común con otros grupos de naturaleza sectaria.

En febrero de 2008, Papá Nabor, hasta entonces líder absoluto del movimiento, falleció tras una larga enfermedad. Atrás quedaban las fallidas predicciones del fin del mundo hechas para 1980, 1988, y 1999 que hicieran Nabor y su sucesor Agapito. La comunidad, de poco más de cuatro mil habitantes (gente humilde que vive en su mayoría en viviendas hechas de madera y que se dedican fundamentalmente al trabajo de campo) contaba ya con tres seminarios y un convento para la exclusiva formación de sus sacerdotes y monjas, los cuales son conocidos con nombres de santos, pero ninguno reconocido oficialmente mas allá de los muros de la comunidad-estado, convencidos a pesar de ello de ser los verdaderos herederos de aquel cristianismo primitivo, el de los primeros apóstoles, que la Iglesia oficial había abandonado a partir del Concilio Vaticano II.

La sucesión de Papá Nabor y la elección de Agapito Gómez como fiel sucesor no estuvo por demás exenta de polémica y disidencias. Un grupo de sacerdotes y miembros de la comunidad se opusieron al nuevo líder, acusado de distintos hechos de violación a jóvenes mujeres y complicidad con el narcotráfico, y fueron expulsados. Agapito logró sin embargo salir indemne de las acusaciones por abuso, pero no pudo evitar que luego de años de complicidad y silencio por parte de las autoridades gubernamentales, finalmente se produjera a principios del año 2007, y cuando aun oficiaba de vidente, la incursión de efectivos del Ejercito al interior de la comunidad, para realizar cateos a partir de numerosas acusaciones que implicaban al movimiento en el trafico de drogas y de armas.

En realidad, la complicidad y la tolerancia del gobierno mexicano para con Nueva Jerusalén tiene motivos políticos que la vinculan especialmente con el PRI, el partido político hegemónico y gobernante durante mas de sesenta años hasta la Asunción de Vicente Fox en el 2000. 

Entrada a la Comunidad Nueva Jerusalén

Entre las revelaciones y mensajes que Agapito recibía de la Virgen, esta le pedía a los miembros de la comunidad, a través de Agapito, que votaran masivamente a ese partido político, ya que ella misma era priista. Después de todo, el PRI aportó materiales para construir viviendas en esta ciudad-Estado, y apoyó desde el silencio y la complicidad las distintas expulsiones que se sucedieron con el correr de los años. Nada es gratis en materia de política, y eso parece valer para la tierra tanto como para el cielo.

Agapito Gómez murió en septiembre del año 2008, dejando un sinfín de sospechas en torno a su persona y su entorno, salpicando muerte a partir de diversos casos de asesinatos aún no esclarecidos y dejando una comunidad dividida entre distintas facciones, y según algunos especialistas, en vías de extinción.

México es en los papeles un estado secular desde 1917, cuando se ratificó y reformó la Constitución política de febrero de 1857. Sin embargo, y pese a ello, persiste hasta hoy en Michoacán un verdadero Estado teocrático que parece cuestionar claramente el principio de laicicidad que la ley fundamental pregona. En otro orden, pareciera ser que pese a su rigorismo fundamentalista y a la presunta vuelta al ‘cristianismo de los orígenes’ que Papá Nabor y Agapito predicaron como fundamento de su comunidad, olvidaron que del primero de los diez mandamientos del cristianismo se desprende una fuerte condena al espiritismo y al dialogo con los difuntos, práctica que Agapito se jactó de ejercer como prueba de sus dotes de videncia. Pero por sobre todo, cabe preguntarnos por aquellos niños y jóvenes que viviendo en el interior de la comunidad, y a la espera de un Apocalipsis que no llega, crecen y se desarrollan aislados, sin iguales posibilidades al resto y presos de un fanatismo que no eligieron.

lunes, 24 de octubre de 2016

El mundo emocional (Goleman)


Dominar el mundo emocional es especialmente difícil porque estas habilidades deben ejercitarse en aquellos momentos en que las personas se encuentran en peores condiciones para asimilar información y aprender hábitos de respuesta nuevos, es decir, cuando tienen problemas. 

Daniel Goleman

martes, 18 de octubre de 2016

Entrevista a Alexandra Stein


Alexandra Stein es una escritora y educadora inglesa especializada en la psicología social de los extremismos ideológicos y en otras variantes de relaciones abusivas. A los 26 años, se involucró con un grupo sectario político que de manera insidiosa, terminó controlando todos los aspectos de su vida. En esta interesante entrevista, Alexandra relata gran parte de su historia, y de su posterior trabajo como consejera y estudiosa del fenómeno de los grupos abusivos. 

sábado, 15 de octubre de 2016

El estigma de la religión Umbanda


Por Juan Manuel Otero Barrigón // Ayer fueron las iglesias evangélicas, hoy, y desde hace ya algunos años, la religión umbanda (y junto a ella el resto de las religiones afroamericanas) son las favoritas de los medios de comunicación masivos toda vez que se trata de estigmatizar las prácticas y creencias religiosas alternativas, por fuera de “la oficialidad religiosa reinante”.
Según datos recopilados en el “Atlas de las creencias religiosas en la Argentina” editado por el sociólogo Fortunato Mallimaci, el 0,3% de la población practica alguna variante de las religiones afroamericanas. En nuestro país, según relatan en dicho escrito Nahuel Carrone y Mariela Mosqueira, el desarrollo de los afroamericanismos reconoce dos grandes etapas históricas: en un comienzo, las religiones de origen africano penetraron en la Argentina a través de los esclavos que ingresaron al territorio a través del tráfico, trayendo consigo sus creencias, prácticas y tradiciones, las cuales combinaron con elementos amerindios y católicos. Esta religiosidad inicial fue disolviéndose con el tiempo, hacia fines del siglo xix y principios del siglo xx, como consecuencia de los distintos procesos de descomposición que sufrió la comunidad afro-argentina. En una segunda etapa, cuyo inicio se remonta a la década del 60´, las religiones afroamericanas se reintrodujeron en el país a través de Brasil y Uruguay, generando un rico proceso de intercambio que articuló zonas de frontera (Santana do Livramento-Rivera, Uruguayana-Paso de los Libres) y centros citadinos (Porto Alegre, Buenos Aires, Montevideo). La primera casa de religión africanista en lograr la personería jurídica en el Registro Nacional de Cultos no católicos fue Ile Oxalá e Oxum, fundada en el año 1966 por la mae argentina Nélida de Oxum, quien fuera iniciada en el sur de Brasil.
Durante la dictadura militar, los grupos religiosos afroamericanos fueron objeto de persecuciones y censuras, acusados de extranjerizantes y ajenos a la identidad religiosa católica (a su vez identificada con el verdadero ser nacional ) destino que compartieron junto a otros cultos no hegemónicos en aquellos días de oscuridad.
El retorno de la democracia en el año 1983 posibilitó la progresiva visibilidad pública del afroamericanismo, y su eco en los medios de comunicación, registrándose por ese entonces una gran cantidad de templos. Paralelamente, son los años en los cuales comienza a instalarse social y periodísticamente la tesis de la “invasión de sectas”, a causa de la emergencia de gran cantidad de nuevos movimientos religiosos, muchos de ellos provenientes y financiados desde Norteamérica. Por aquel tiempo, la lupa censora estaba puesta especialmente sobre grupos de contenido cristiano o paracristiano, fundamentalmente aquellos de origen evangélico. Los denominados telepredicadores dominaban gran parte de la escena religiosa alternativa, organizando enormes celebraciones masivas en los estadios de fútbol y bautizando gente a raudales.
En la década de 1990, los grupos afroamericanos se vieron involucrados directamente en la polémica sobre las “sectas” en Argentina, y su imagen social comenzó a sufrir un fuerte descrédito que perdura todavía hoy, en un contexto en el cual si una persona practicante de una religión afroamericana comete un delito, será inmediatamente señalada mediáticamente por su vinculación religiosa. Es así que nos encontramos con titulares estigmatizantes del tipo: “practicante umbanda acusado de…” o "el sospechoso de (X cosa) realizaba ritos umbanda", pero nunca hallaremos anuncios similares que de manera equivalente, señalen la pertenencia religiosa de otros autores de delitos si es que dicha religión está legitimada socialmente, como por ejemplo: “el sospechoso es practicante católico…” o “uno de los delincuentes celebraba fiestas judías…”. Y es que resultan recurrentes los intentos por instalar la idea de que es el sistema de creencias umbanda per sé el que incita al delito, convirtiendo a esta religión en el chivo expiatorio ideal, que posibilita rehuir a la responsabilidad por los problemas sociales irresueltos, como por ejemplo, y entre otros, la violencia de género y el flagelo de la marginación.


Aunque en Argentina funcionan federaciones que agrupan a algunos templos umbanda, no hay una organización claramente centralizada y existe un gran número de paes y terreiros que trabajan al margen de dichas federaciones y que no están inscriptos en el Registro Nacional de Cultos. Esto último, a priori, poco significa. Ya hemos señalado en otras oportunidades la franca inutilidad del Registro Nacional de Cultos y la contradicción de su vigencia en un sistema democrático. Cuando alguien comete un delito, lo hace en tanto ciudadano infractor de las leyes, y no como miembro de tal o cual grupo religioso, figure el mismo inscripto legalmente o no. Y si bien la inscripción en el Registro de Cultos ha significado para muchos grupos religiosos minoritarios la puerta de acceso a cierto reconocimiento y legitimación social, que un grupo esté inscripto no lo exime de incurrir en acciones delictivas o de poseer dinámicas de tipo abusivo; así como, y de la misma manera, el no estar inscripto no implica que las posea. Por otra parte, y para los teóricos del umbandismo, dicha autonomía ritual, junto a su característico sincretismo, son los verdaderos tesoros de la religión, ya que permiten dar lugar a formas de expresión muy ricas y diversas. Actualmente, existe una tendencia al retorno a las fuentes de una religiosidad africana más pura, fundamentalmente en los ritos candomblé y yoruba, desterrando los elementos propiamente sincréticos del culto (aquellos desarrollados, fundamentalmente, a partir del contacto con el catolicismo americano y el espiritismo kardeciano), y resaltando los contenidos más claramente animistas y originarios de estos rituales religiosos. De esto es de lo que se habla cuando escuchamos hablar de “africanismos”. 


Algo similar a lo que ocurre con la religión umbanda y la autonomía en el funcionamiento de muchos de sus templos, lo observamos en una enorme cantidad de iglesias evangélicas, que funcionando al margen de las confederaciones cristianas existentes, desarrollan sus actividades con independencia de las mismas, y bajo la sola dirección de determinado pastor o ministro de culto. Claro que entre la multitud de pastores que actúan en la sociedad pueden existir casos aislados en los cuales algunos de ellos implementen dinámicas grupales de tipo sectario, ejerciendo una influencia manipuladora y desmedida hacia los miembros de su grupo, pero eso es algo que en todo caso, debe ser adjudicado al sujeto en puntual, y no endilgado a la religión como un todo. Lo mismo ocurre con el umbandismo. Pueden llegar a darse casos de paes y maes involucrados en acciones delictivas, claro, pero, ¿qué culpa puede cargarse sobre el resto de los ministros de dicha religión que ejercen su actividad de manera auténtica y honesta? A diferencia de lo que ocurre en los grupos religiosos piramidales como el catolicismo, en los cuales predomina una estructura fuerte y la información circula de manera centralizada, la relativa independencia con la que los grupos umbanda desarrollan sus actividades implica que unos no están, necesariamente, al corriente de lo que puedan hacer (o deshacer) los demás. En síntesis: pueden encontrarse paes o maes que a cargo de determinado grupo desarrollen dinámicas de tipo abusivo, pero será algo que habrá que atender respecto a ese grupo específicamente, y que nada tendrá que ver con la legitimidad de la religión umbanda en sí misma. El problema, en todo caso, será determinado pae, mae o practicante, pero no la religión. La enorme mayoría de los practicantes de la umbanda y sus ministros de culto desarrollan sus actividades de manera comprometida y responsable. Por otra parte, que sus creencias nos resulten más o menos simpáticas o afines, es algo que está más allá de toda esta problemática. En un país libre, cada quien tiene derecho a creer en lo que quiera.
Los grupos abusivos se caracterizan por desarrollar dinámicas de dependencia existencial para “atar” psicológicamente a sus miembros, en clara afrenta contra sus derechos básicos de libertad e intimidad. Estas dinámicas pueden encontrarse tanto dentro de instituciones religiosas amplias y socialmente aceptadas (como ocurre, por ejemplo, con algunos grupos católicos), como también en el interior de ciertos grupos religiosos minoritarios y más bien marginales. También pueden hacerse explícitas en organizaciones cuyo contenido nada tiene que ver con lo religioso y/o lo espiritual. En cualquiera de los casos, lo importante no serán nunca las creencias del grupo, sino los métodos que este emplee.
En el caso puntual de la religión Umbanda, en caso de querer conocerla es sugerible recurrir a la bibliografía especializada de la antropología y la historia de las religiones, sumergiéndonos, de esta manera, en sus reales fundamentos y en su rica cosmovisión, desestimando la escasa “desinformada información” que nos brindan los medios de comunicación masivos. Si todo prejuicio supone, en sus bases psicológicas, una mezcla de ignorancia con profundo temor a lo desconocido, probablemente la umbanda, junto al resto de los afroamericanismos, sean de las religiones menos conocidas y más tersgiversadas de la actualidad. Temida como toda manifestación de la alteridad que irrumpe con su universo de significados imcomprendidos. Universo que sin embargo, al develarse, nos revela su rica y compleja trama de tradiciones, símbolos y creencias. Pero cuyo descubrimiento nos exige ir más allá, barriendo pseudoverdades impuestas y construidas artificiosa e interesadamente.

viernes, 14 de octubre de 2016

Fundamentalismo (por Leonardo Boff)



"Como hacer frente al fundamentalismo", por Leonardo Boff

Actualmente se produce en todo el mundo un aumento creciente del conservadurismo y de fenómenos fundamentalistas que se manifiestan por la homofobia, xenofobia, antifeminismo, racismo y todo tipo de discriminaciones.

El fundamentalista está convencido de que su verdad es la única y todo lo demás son desviaciones o está fuera de la verdad. Esto es recurrente en los programas televisivos de las distintas iglesias pentecostales, incluyendo a sectores de la Iglesia Católica, pero también en el pensamiento único de sectores políticos. Piensan que sólo la verdad, la de ellos tiene derecho. El error hay que combatirlo. Este es el origen de los conflictos religiosos y políticos. El fascismo empieza con este modo cerrado de ver las cosas.

¿Cómo vamos a hace frente a ese tipo de radicalismo? Hay muchas formas y creo que una de ellas consiste en rescatar el concepto bueno de relativismo, palabra que muchos no quieren oír. Pero en él hay mucha verdad.

Debe ser pensado en dos direcciones: En primer lugar, lo relativo quiere expresar el hecho de que todos estamos de alguna forma relacionados. En la perspectiva de la física cuántica, la encíclica del Papa Francisco insiste sobre cómo cuidar de la Casa Común: «todo está íntimamente relacionado; todas las criaturas existen y dependen unas de otras» (n.137; 86). Por esta interrelación todos somos portadores de la misma humanidad. Somos una especie entre tantas, una familia.

En segundo lugar es importante comprender que cada uno es diferente y tiene valor por sí mismo, pero está siempre en relación con otros y sus modos de ser. De aquí que sea importante relativizar todos los modos de ser; ninguno de ellos es absoluto hasta el punto de invalidar los demás. Se impone también una actitud de respeto y de acogida de la diferencia porque, por el simple hecho de estar ahí, goza del derecho de existir y de coexistir.

Es decir, nuestro modo de ser, de habitar el mundo, de pensar, de valorar y de comer no es absoluto. Hay otras mil formas diferentes de ser humanos, desde la forma de los esquimales siberianos, pasando por los yanomamis de Brasil, hasta llegar a los habitantes de las comunidades de la periferia y a los de las sofisticadas Alphavilles, donde viven las élites opulentas y temerosas. Lo mismo vale para las diferencias de cultura, de lengua, de religión, de ética y de ocio.


Debemos ampliar la comprensión de lo humano mucho más allá de nuestra concreción. Vivimos en la fase de la geosociedad, sociedad mundial, una, múltiple y diferente.

Todas estas manifestaciones humanas son portadoras de valor y de verdad. Pero son un valor y una verdad relativos, es decir, relacionados unos con los otros, interrelacionados, ya que ninguno de ellos, tomado en sí mismo, es absoluto.

¿Entonces no hay verdad absoluta? ¿Vale el “everything goes” de algunos posmodernos? ¿Vale todo? No vale todo. Todo vale en la medida en que mantiene relación con los otros, respetándolos en su diferencia y no perjudicándolos.

Cada uno es portador de verdad pero nadie puede tener el monopolio de ella, ni una religión, ni una filosofía, ni un partido político, ni una ciencia. Todos, de alguna forma, participan de la verdad, pero pueden crecer hacia una comprensión más plena de la verdad, en la medida en que se relacionan.

Bien decía el poeta español Antonio Machado: «No tu verdad. La verdad. Y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela». Si la buscamos juntos, en el diálogo y en la relacionalidad recíproca, entonces va desapareciendo mi verdad para dar lugar a nuestra Verdad, comulgada por todos.

La ilusión de Occidente, de Estados Unidos y de Europa, es imaginar que la única ventana que da acceso a la verdad, a la religión verdadera, a la auténtica cultura y al saber crítico es su modo de ver y de vivir. Las demás ventanas solo muestran paisajes deformados.

Pensando así se condenan a un fundamentalismo visceral que los hizo, en otro tiempo, organizar masacres al imponer su religión en América Latina y en África, y hoy haciendo guerras con gran mortandad de civiles para imponer la democracia en Iraq, Afganistán, Siria y en todo el Norte de África. Aquí se da también el fundamentalismo de tipo occidental.

Debemos hacer el buen uso del relativismo, inspirados, por ejemplo, en las artes culinarias. Hay una sola culinaria, la que prepara los alimentos humanos, pero se concreta en muchas formas y en las distintas cocinas: la minera, la nordestina, la japonesa, la china, la mejicana y otras.

Nadie puede decir que sólo una es la verdadera y sabrosa, por ejemplo, la minera o la francesa, y que las otras no lo son. Todas son sabrosas a su manera y todas muestran la extraordinaria versatilidad del arte culinario.

¿Por qué con la verdad debería ser diferente? La base del fundamentalismo es esa arrogancia de que su modo de ser, su idea, su religión y su forma de gobierno es la mejor y la única válida en el mundo.

miércoles, 12 de octubre de 2016

Cine(3): Holy Hell


"Síganme, los voy a defraudar", por Ariel Álvarez (Página 12)

Ser persona es ser una máscara, y nunca se sabe con quién estás hablando detrás de esa máscara”. Así predicaba Michel, el carismático líder de Buddhafield (“El Campo de Budha”), un culto new age que prendió fuerte a mediados de los 80 en West Hollywood, California. Bronceado, maquillado y vestido únicamente con una zunga este “carismático” y bastante particular gurú miraba a cámara y hablaba con un acento extraño, entre europeo del este y latino, mientras realizaba uno de los tantos videos propagandísticos de su nueva religión. Rodeado de sus seguidores, todos jóvenes y bellos, dio rienda suelta a su locura, que terminó a principios del 2000 con acusaciones de abuso sexual por parte de algunos de los hombres que fueron miembros del grupo.

Esta es la historia de Holy Hell, el documental estrenado en enero pasado en el festival de Sundance y que ahora puede verse por Netflix. Will Allen, un ex miembro de la secta (que durante 22 años fue el camarógrafo oficial de todo lo que acontecía en el culto), pudo escapar en 2007, huyendo de los abusos y llevándose con él casi 35 horas de esas grabaciones. Y con ese material realizó este film único que muestra por primera vez y en detalle cómo es el accionar de este tipo de organizaciones puertas adentro.

Will Allen (conocido décadas más tarde por interpretar a Arturo en la serie Lost) era un joven de 20 años que llegó al grupo en 1985. Acababa de graduarse en la escuela de cine y sus padres lo echaron de casa cuando les confesó que era gay. Su hermana mayor lo convenció para que se mudara con ella y se uniera al grupo de meditación y autoayuda del cual ella era miembro. Encontró en esta congregación una “familia” que lo aceptaba y al igual que los demás comenzó un viaje espiritual lleno de felicidad y amor, en principio. Todos los integrantes creían lo que el “Maestro” les estaba vendiendo.

Trailer

Gracias a los registros de Allen podemos ver a Michel, el maestro (Jaime Gómez es su nombre real), un actor y bailarín, que había filmado películas porno gay y cuyo mayor logro había sido un papel de extra en la escena del aquelarre de El bebé de Rosemary de Roman Polanski. Sus acólitos descubrirán todo esto mucho después, claro está. En los videos lo vemos con su zunga a rayas y sus anteojos Ray-Ban, retozando en la playa rodeado de muchachos y muchachas que parecen estrellas de Hollywood (la belleza era una de las condiciones para ser aceptado en la comunidad, además de tener dinero). Al ver estas imágenes, el documental se vuelve involuntariamente gracioso: los rituales parecen más una propaganda de champú que un trabajo de autoconocimiento. ¿Cómo podían seguirlo y creerle en este contexto ridículo? La mezcla de misticismo new age, budismo e hinduismo que predicaba Michel resultaba irresistible. Y aunque parezca difícil de entender, el aspecto de Michel también hizo que lo adoraran como a un dios: “Su energía era increíble. Lo que veía era un hombre hermoso, era una sobredosis espiritual”, explica Allen.

De a poco el delirio de Michel comienza a hacerse evidente con los llamados “servicios”: sus seguidores lo vestían, le daban masajes, cargaban su trono, literalmente. Les cobraba por sesiones espirituales llamadas “El Conocimiento” en donde los jóvenes experimentaban la presencia del mismísimo Dios. A mediados de los 90 algunos de los familiares de los miembros acudieron a las autoridades. Así que organizaciones como Cult Awareness Network comenzaron a perseguir a Buddhafield y Michel se trasladó con sus seguidores a Austin, Texas.

Allí instalados, Michel adoptó el nombre de Andreas y su locura se multiplicó. Hizo que sus seguidores construyeran una casa, con patios, fuentes y la llenaran de pavos reales. Les hizo construir un teatro y comenzó a exigir a los miembros que se operaran para estar siempre atractivos: en realidad los utilizaba como conejillos de indias para luego operarse él. Los primeros planos con el rostro del gurú inyectado de botox son aterradores. Prohibió las relaciones sexuales y si alguna de las mujeres quedaba embarazada, la obligaba a abortar. Todo (o casi) está registrado en grabaciones a veces hilarantes, a veces aterradores y con frecuencia disparatadas.

La bomba dentro del culto explotó cuando un ex miembro les envió a todos un mail donde contaba que había sido abusado sexualmente. Y muchos otros comenzaron a hablar. Estos testimonios se pueden ver en Holy Hell: Allen realizó numerosas entrevistas a ex miembros donde muchos hombres cuentan cómo mediante engaños accedían a los requerimientos de Michel/ Andreas y no se lo podían contar a los demás bajo la amenaza de ser echados de la comunidad. Pese a esto, no lo denunciaron: decidieron exiliarlo a Hawaii en donde Andreas, que ahora se hace llamar Reyji (dios-rey), formó un nuevo culto con algunos de los miembros originales que no lo abandonaron. Esto es quizá la parte más oscura de esta historia: los ex acólitos se sienten estafados en su fe pero no se reconocen como víctimas de abuso: “Nunca fue mi intención artística hacer un documental anti cultos: la mayoría son buenos. Simplemente quería que los miembros actuales lo vean y abandonaran a Andreas, cosa que está sucediendo”, explica Allen.


Con esta idea se reunió con otros ex miembros del culto para realizar el documental pero el proyecto no prosperó. Entonces contrató al director de fotografía Polly Morgan y a algunos ex compañeros de cine, y empezó a buscar financiación hasta que consiguió que el actor Jared Leto fuera el productor de la película. Leto declaró en la revista Variety: “Es implacable, inquietante e inolvidable. Este documental inquebrantable expone un hermoso y extraño viaje en busca de la fe, el amor y la familia, pero termina mostrándonos el negocio de la espiritualidad, el poder y la corrupción. A menudo, la tríada de la religión”.

Si bien Holy Hell tiene la misma estructura de espiral descendente, típica de los documentales de este tipo como Jonestown (2006) de Stanley Nelson o Manson (1973) de Hendrickson y Merrick (sólo para nombrar algunos), la mezcla de material de archivo y talk show televisivo hacen de esta película un material fascinante que muestra ese mundo controlado y privado del abuso dentro de una secta. Un viaje catártico y desgarrador que funciona muy bien. Tanto que hay rumores de que Jared Leto persigue planes para hacer una serie con la historia Buddhafield. Todavía no hay nada confirmado, pero en este momento de redoblado interés por series que exploran los cultos y la religiosidad, seguramente sería una buena idea.

Fuente original del texto: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-11851-2016-10-12.html

lunes, 10 de octubre de 2016

Líderes de culto y "narcicismo traumatizante"


Ponencia del año 2015 en las sesiones plenarias de la ICSA (International Cultic Studies Association), a cargo del investigador Daniel Shaw respecto a los trabajos que ha desarrollado sobre los líderes de los grupos de culto, las personas que él describe como "narcisistas traumatizantes", y el sistema relacional que estas crean. Su trabajo se basa en la investigación clínica, las teorías psicoanalíticas, y en su propia experiencia personal como ex miembro de un grupo de estas características durante más de diez años.
Shaw es autor del libro "Narcicismo Traumatizante: sistemas relaciones de subyugación".

miércoles, 5 de octubre de 2016

Planet Earth About To Be Recycled



por Juan Manuel Otero Barrigón

Se cumplen hoy veinte años de la edición de este video en el cual Marshall Applewhite (Do),
líder del culto ufológico Heaven´s Gate, convocaba  públicamente y por última vez, a aquellos que quisieran unirse a su viaje sideral por el cosmos, frente al anuncio del inminente reciclaje que sufriría el planeta Tierra. “Tú única chance de sobrevivir es yéndote con nosotros”, decía, mirando a la cámara. Era el 5 de Octubre de 1996, y el cometa Hale Bopp estaba cerca de su paso más próximo por la órbita terrestre, algo que el grupo consideraba una señal inequívoca de que había llegado el momento de avanzar a un nivel más allá del humano, abandonando sus "recipientes corporales". La creencia, de tintes conspiranoicos, de que en la cola del cometa viajaba oculta una nave extraterrestre, disparó en Applewhite la certeza de que dicha nave era comandada por Ti, su Padre Celestial, que no era sino su compañera y co-fundadora del culto, Bonnie Lu Nettles, fallecida una década atrás. En realidad, el rumor sobre una nave extraterrestre junto al cometa no era pura invención de Applewhite, sino que dicha posibilidad había sido difundida (y defendida) en programas radiales populares en Norteamérica, como el de Art Bell, un conocido locutor y entertainer en temas de misterio.

Apenas cinco meses despúes, en marzo de 1997, 39 miembros del culto, incluido Applewhite, ingerían una mezcla mortal de fenobarbital y vodka, en el marco de un proceso ritual que llevó tres días. Lejos de entenderlo como un acto suicida, para los miembros de Heaven´s Gate se trató de abandonar sus cuerpos para evolucionar a un nivel transhumano en orientación al Reino de los Cielos. Suicidio, decía Applewhite en su mensaje final grabado unos días antes de su muerte, hubiera sido permanecer en este plano humano ante semejante oportunidad de trascendencia.

La riqueza de este tape de casi una hora de duración que arriba compartimos, será, junto con materiales similares, objeto de estudio y de distintas referencias a lo largo de futuras publicaciones. No obstante hoy, un señalamiento puntual e interesante: hacia el final de “El planeta Tierra está a punto de ser reciclado”, podemos ver a Applewhite expresando su particular visión de la ciencia en relación con la verdad y la religión. Sus palabras son: “This is as scientific, this is as true, as true could be. But you have to know me, you have to trust me, you have to believe me.” (Esto es todo lo científico, y todo lo verdadero que podría ser. Pero tenés que conocerme, tenés que confiar en mí, tenés que creerme”). Aquí, y en primer lugar, podemos ver como Applewhite equipara a la ciencia con la verdad. Algo que nosotros también solemos hacer en la cultura popular, pese a que no deje de resultar llamativo ver a un líder de culto realizar la misma jugada. Pero, por otro lado, también invoca a la fe y a la confianza en todo lo que acaba de decir, en la revelación de la cual él se considera poseedor. Entonces, la ciencia es verdad, pero se presenta barnizada en un paquete religioso que demanda la aceptación de ciertas afirmaciones reveladoras. En ese sentido, resulta interesante observar como Heaven´s Gate fue más allá en relación a otros cultos, al incorporar lo que ellos consideraban como científico (y por tanto, evidente) dentro de sus prácticas y cosmovisiones, pero siempre dentro de un marco religioso que era su referencia ineludible.



Distintos estudiosos y especialistas en la historia y teología de Heaven´s Gate se preguntaron porqué los miembros del grupo decidieron terminar con su existencia terrenal en Marzo de 1997 y no en otra fecha. La proximidad del cometa Hale Bopp fue una de las razones, pero no la única. Lo cierto es que hubo, probablemente, una confluencia de factores. La oportunidad que otorgó el espectáculo del cometa se debió, allende su valor religioso, a la expectativa que su paso generó a nivel mundial, y a la oportunidad que esto significaba para los miembros de Heaven´s Gate con vistas a brindarle al mundo una demostración de sus enseñanzas, en días en los que todos observaban atentamente al cielo. Era, además, época de celebración de la Pascua en el mundo cristiano, y tanto Applewhite como Nettles consideraban la transformación a un nivel más allá del humano como una Pascua en sí misma. Por otra parte, distintos estudios sociológicos como el de Benjamin Zeller, propusieron que para ese entonces, el grupo ya estaba dando señales de envejecimiento en su dinámica y expectativas. Había un deseo por parte de sus integrantes por partir y concretizar lo que durante tanto tiempo habían cultivado comunalmente. Finalmente, lecturas más psicopatológicas y centradas en la figura de Applewhite, señalaron que su progresiva acumulación de poder dentro del grupo derivó, a causa de su temor a estar padeciendo una enfermedad terminal (algo que luego se demostraría infundado), en la decisión de ponerle punto final a su periplo terrestre, ya que era creencia de Applewhite que en caso de morir imprevistamente, las puertas del Reino del Cielo quedarían cerradas para sus seguidores. Los líderes de culto padecientes de una grave psicopatología, usualmente toman dos caminos: por un lado, la vía activa que observamos en Waco, Texas, con los Davidianos de David Koresh, y que vimos también en Guyana con el templo de Jim Jones. La paranoia de estos dos personajes los llevó a acumular un arsenal de armas para prepararse para el Apocalipsis que ellos mismos contribuyeron a desatar. Por el contrario, Applewhite eligió la vía pasiva. Todo su mundo se estaba viniendo abajo, y en ese contexto, indujo a sus seguidores a irse junto con él. Fue un "Vamos a hacerlo antes de que suceda”, garantizando así su éxito final.

Terminemos con una breve y expresiva poesía de Rhynoceros en memoria del grupo:

Heaven's Gate

It's the Ti and Do of the UFO two...

Would you like to live in happiness? Because I have the key!
A gateway to a place of love, and everything is free!
It opens for a little while, so don't you dare wait!
Lets start fresh, ditch your things, and join Heaven's Gate!

I am prophet, it was said, they hide behind a rock.
Flying past the speed of sound, and it wont stop.
They will take us to a place, a place far above.
A place of peace, free of hate, flooded with happy love.

They'll take us on a journey, throughout time and space.
Past this solar system, towards a different place.
They hide behind a comet, flying above the sky.
Waiting for us to meet them, watching eye to eye.

To prepare for the ride, we'll wait inside a room.
We'll wait inside to simulate were riding past the moon.
Drinking only citrus juice to clean our bodies pure.
Because they love us very much, they will be our cure.

The males will need castration, we'll all dress up in robes.
They will take us to the heavens, past 6 trillion globes.
This will be our future, because the past was then.
Riding on the UFO, with little green men.

When the gate is open, we will go in shifts.
Take a final drink, before we feel the gifts...
Poison mixed with vodka, we will swallow on a date...
And when our bodies die, we will enter Heaven's Gate.

Fuente de la poesía: https://allpoetry.com/poem/1341489-Heavens-Gate-by-Rhynoceros

sábado, 1 de octubre de 2016

Victimología (I)

por Juan Manuel Otero Barrigón

Hay ciertas características que pueden incidir en que una persona sea captada por un grupo sectario abusivo, independientemente de su edad o nivel económico y sociocultural. Entre ellas, la presencia de cierto grado de angustia e insatisfacción en la vida, la falta de un sistema de creencias o valores sólidos, o la pertenencia, sobre todo entre los jóvenes, a un sistema familiar disfuncional, donde exista una pobre comunicación con los padres, falta de atención y guía, una situación de conflicto permanente, o la generación de vínculos sobreprotectores que dificulten un desarrollo autónomo.

A ello se agregan a veces ciertos rasgos de personalidad individual que incrementan el riesgo de captación, en personas con baja tolerancia a la ambigüedad, que perciben la realidad en términos de blanco o negro, con tendencia a establecer vínculos dependientes y cierta inmadurez afectiva.
Para que pueda darse la captación sectaria, la víctima debe ser abordada en un momento de vulnerabilidad o crisis personal, traducida en una situación desestructurante.

Toda grupo sectario abusivo proporciona, a costa de la pérdida de grandes espacios de libertad e individualidad, un marco absoluto de creencias, valores, prácticas y metas, que simplifican la vida y otorgan un sentido de pertenencia y de misión, al que por ello no siempre es fácil renunciar.

viernes, 23 de septiembre de 2016

Fanatismo como factor criminógeno: dos casos

por Juan Manuel Otero Barrigón

Aunque trasciende el estricto ámbito del fenómeno sectario, comenzaremos a plantear un tópico que será el eje de numerosas y continuadas reflexiones en este blog. Esto es, la importancia que en ocasiones pueden tener las creencias como factor criminógeno, sobre todo cuando están mediadas por el fanatismo de sus detentores.

Días atrás se conoció el caso de una joven de 33 años, Geneva Gómez, que fue asesinada por su madre en Oklahoma, Estados Unidos, al serle introducido un crucifijo en la boca y recibir varios golpes, para terminar colocado su cuerpo en posición ritual. Según lo que informan distintos medios, la madre confesó haber cometido el filicidio debido a que su hija estaba "poseída por Satanás". En los registros policiales dice que ella admitió haber "golpeado a su hija y haberle introducido a la fuerza un crucifijo por la garganta hasta que empezó a salirle sangre por la boca. Juanita vio a su hija morir y luego dispuso su cuerpo en forma de cruz".

Juanita Gómez, la mujer acusada de matar a su hija en un ritual de exorcismo

Algunas semanas antes, se había conocido otro caso, esta vez en Polokwane, República de Sudáfrica, donde un pastor terminó matando a una feligresa de su iglesia en un acto que pretendía demostrar el poder de Dios.

Según informó The Southern Daily, el pastor, llamado Lethebo Rabalango, organizó una noche de culto en una iglesia donde trató de demostrar el poder de Dios, afirmando que si Jesús pudo caminar sobre las aguas, él también podría hacer algo gracias a la fe. Fue en ese momento cuando llamó a una mujer joven del grupo de parroquianos y le pidió que se acostara sobre el suelo, para luego colocarle un gran altavoz sobre el estómago.  El pastor se subió en la parte superior del altavoz, añadiendo presión sobre el cuerpo de la mujer por espacio de unos minutos. Cuando se levantó, la mujer se había desmayado. Inmediatamente, y según informa el mismo medio,  el pastor pidió a otros presentes que le aplicaran primeros auxilios a la mujer, quien finalmente  murió a causa de lesiones internas causadas a sus pulmones. El pastor culpó a la mujer y la acusó de falta de fe ya que "no pudo soportar una tarea muy sencilla".

El pastor Lethebo Rabalango y la mujer "víctima por su falta de fe"

Estos dos hechos que repasamos aquí, no son sino dos acontecimientos recientes de un sinnúmero de sucesos similares que ocurren de tanto en tanto, y en los cuales la certeza de estar cumpliendo una misión divina, o bien de actuar guiado por un poder sobrenatural, juegan un papel clave en su desenlace trágico.

La brutalidad del primer caso podría hacernos pensar en un posible cuadro psicótico que desembocó en la creencia delirante de la posesión (delirante en este caso puntual, ya que entendida en su generalidad, la creencia en la posesión espiritual es un fenómeno sumamente complejo y transcultural, no expresión necesaria de psicopatología) y la necesidad de combartir al Mal sin importar los costos para ello.

El caso del pastor, por otra parte, involucraría, mínimamente, la convicción otorgada por la creencia fanática de que bajo el designio divino, o con su protección, cualquier cosa sería posible, quedando marginada de esta manera toda forma de aprehensión racional de la realidad. (La falta de información adicional sobre la personalidad y la biografía del pastor dificultan cualquier otro tipo de presunsión diagnóstica responsable).

Lo que resulta indudable es que más allá de los diagnósticos diferenciales en la singularidad de cada hecho, ambos comparten indudablemente una creencia fanática, irreductible, que en los casos en los que es canalizada a través de una pauta religiosa puede desembocar en situaciones lamentables.

Las relaciones entre el fanatismo y distintas patologías psíquicas son un tema de estudio que viene siendo abordado desde comienzos del siglo xx.

El psiquiatra E. Kretschmer, aunque no se planteó directamente el problema del fanatismo, en su obra "Korperbau und Character" (1921) estableció una relación entre los comportamientos intransigentes y el temperamento esquizotímico. Describió al individuo esquizoide como "hermético autista", propenso a las "ideas delirantes fantásticas" y oscilante entre la hipersensibilidad y la insensibilidad. Inadaptado socialmente y con una "rigidez afectiva" que hace incongruentes sus sentimientos con sus reacciones motoras. Es interesante notar que otros autores como Muhlmann y Wyrsch encontraron, por su parte, cierta conexión entre fanatismo y esquizofrenia.

Otros estudiosos, clásicos como Kurt Schneider y autores contemporáneos también, trabajaron la relación entre fanatismo y otras categorías nosológicas como el paranoidismo. La paranoia es una idea fija(delirante) que hace que el individuo sienta que está en peligro y se atente contra él. El fanático religioso es propenso, a causa de la necesidad compulsiva de defender sus creencias, a odiar todo aquello que atente contra ellas. 



Está claro que no todo fanático padece un trastorno psicológico grave, pero igualmente cierto es que cuando la psicología inherente al fanatismo se articula en un cuadro psicopatológico, las consecuencias pueden ser imprevisibles.

Aún sin llegar al límite que suponen las psicosis, la convicción irreductible que exhibe el fanático religioso lo ciega por completo y lo coloca a sufrir lo que algunos autores denominan "filtraje". El filtraje es una distorsión cognitiva que consiste en que el individuo solo abstrae un aspecto del conjunto y olvida todo el contexto. Por tal motivo, el fanático religioso abstrae lo que para él es la verdad plena de su fuente de creencias, y asume que el resto está equivocado.

Si al filtraje y a la necesidad de defender sus creencias contra todo y contra todos se le agrega la obsesión, en tanto conjunto de ideas fijas de salvación, pecado, virtud, verdad y sacrificio que lo estructuran fijamente, entonces podemos afirmar que estamos ante la configuración de una psicopatología.

El fanatismo religioso no es un diagnostico psicopatológico per se, pero los síntomas que conlleva, implican las más de las veces un claro trastorno de personalidad.

lunes, 19 de septiembre de 2016

Cine(2): Kumaré



"Kumaré", por Juan Manuel Otero Barrigón

El ser humano tiene arraigada en su naturaleza la necesidad de formar sistemas de creencias y buscar un poder superior que gobierne la realidad –que llene el vacío del caos. Esta tendencia evolutiva –que incluso podría ser parte de nuestra arquitectura biológica, como sugiere la neuroteología– puede ser también usada, tal como venimos sugiriendo en este blog, como una forma de explotación y abuso emocional. Por otro lado, sabido es que muchos presuntos “líderes religiosos” también son hábiles políticos que tienen conciencia de las inseguridades de sus seguidores o que son capaces de alimentar su propia imagen o hasta hipertrofiarla apelando más a hábiles estrategias marketing que a revelaciones místicas.

El caso de Vikram Gandhi es un excelente ejemplo de esta conciencia de la experiencia religiosa como mercancía pasible de venta, especialmente si se tiene una idea en la que creemos. Gandhi es el autor del falso documental Kumaré, en el cual él mismo protagoniza el proceso de convertirse en un gurú espiritual de la India y reunir a un grupo de seguidores. Gandhi nació en Nueva Jersey, en una familia de inmigrantes en la que se practicaba el hinduismo. Crecer en medio de los dioses de los Vedas a la vez que estaba expuesto a la cultura pop estadounidense, lo llevó a cuestionar su propia educación y las creencias de sus padres. “La religión de la India está llena de historias, lo que me hizo compararla con los cómics y las historias de superhéroes que veía; eran para mí dos formas mitológicas similares”, afirma.

Sorprendido por el boom de la industria del yoga, que supera los 5 mil millones de dólares anuales sólo en Estados Unidos, Gandhi planeó hacer un documental sobre los maestros espirituales y el yoga. En el proceso conoció a numerosos maestros occidentalizados y viajó a la India, donde entabló contacto con otros supuestos maestros espirituales. Su experiencia le hizo descubrir que lo único que realmente define a un líder espiritual es que otra persona cree que él tiene todas las respuestas. Por otro lado, las experiencias religiosas tienen la particular naturaleza de ser inefables, por lo que difícilmente pueden ser mensuradas. Esto le dio la idea de crear un personaje, Kumaré, y penetrar en el mundo del yoga en Estados Unidos como un maestro espiritual y probar que una religión falsa tiene los mismos efectos como una religión verdadera.

Gandhi, bajo la figura de Kumaré, empezó a dar clases de yoga en Phoenix, uno de los centros del new age, y su éxito logró congregar a una serie de seguidores que lo percibían como un poderoso maestro espiritual. Se ganó la confianza de un grupo de personas ávidas de transformarse y experimentar lo numinoso. Para poder dar verosimilitud a su personaje diseñó un sitio web, utilizó el acento hindi de su abuela, se tomó fotos con viejos gurús de la India, adoptó un disfraz (la vestidura naranja y un tridente) y aglutinó todo bajo la idea fundamental de que el gurú es como un espejo: “Todo es un reflejo de lo que queremos ver en nosotros”. Así, Kumaré se posicionó mezclando técnicas de marketing con su experiencia mimetizando gurús, lugares comunes (como la reiteración de una luz azul o de “sentir la energía”), sinsentidos y mantras sonoramente plausibles.

La religión falsa funcionó especialmente bien porque en vez de decirles a sus alumnos que su religión era falsa y la suya verdadera les dijo que todas eran una ilusión pero que ellos tenían el poder, que podrían crear su propia historia.

Trailer de "Kumaré"

Al final, el documental narra una experiencia de transformación, una metanoia. Esto es parte del arco dramático de toda buena historia –la necesidad de que nos conmueva. Kumaré, el falso gurú, hizo que varios de sus alumnos –y él mismo– tuvieran una experiencia de transformación y se dieran cuenta que el poder y la verdad que buscan están dentro de ellos. Pero no agregaremos nada más para no arruinar la sorpresa; el documental está disponible para mirar en la Web, y funciona como una buena herramienta pedagógica para entender mejor la naturaleza humana, y los peligros que en algunos casos puede acarrear una sincera búsqueda espiritual.

¿Es necesaria una ley antisectas?


IMAGEN: ALINA ANTARES

En el último tiempo algunas voces del denominado Movimiento Antisectas vienen llevando adelante distintas campañas e iniciativas con el fin de instalar la necesidad de que el Congreso Nacional sancione una ley que ayude a “proteger” a la población del accionar de los grupos abusivos (comúnmente denominados sectas). En la provincia de Córdoba, funciona desde el año 2011 el "Programa de Prevención y Asistencia a la Víctimas de grupos que usan técnicas de Manipulación Psicológica", que con el foco en la concientización y el asesoramiento integral, brinda asistencia a los/as afectados/as. El debate por una ley nacional, aunque intermitente, está abierto, pero los intentos de reprimir legal y específicamente el accionar de estos grupos podrían implicar más peligros que beneficios. Uno de los principales riesgos sería el de deslizarse hacia una llana e injustificable caza de brujas, donde las minorías religiosas y los grupos heterodoxos, sospechosos de toda la vida, siempre llevan las de perder. 

Y es que, ¿quien le pone el cascabel al gato? ¿Con qué pruebas? ¿Bajo qué criterios consensuados? 

La discusión sobre la conveniencia de legislación específica en esta materia, por sus diversas aristas, requeriría una amplia participación interdisciplinaria en la que estuvieran involucrados no solamente psicólogos, abogados, y médicos, sino también cientistas sociales como sociólogos y antropólogos. Respecto a lo que ocurre en otras partes del mundo, en Europa, el Parlamento Europeo recomendó a los países que modificaran las leyes para combatir el accionar de los grupos considerados sectarios. En Francia, en el año 2001, se aprobó la ley About-Picard que modificaba una serie de artículos del código Penal para sancionar a las personas y a los grupos sectarios involucrados en posibles actividades inconstitucionales. La ley reforzó la prevención y la represión de los movimientos sectarios que vulneraban los derechos humanos y las libertades, creándose el delito de manipulación mental. En todo caso, el tema es complejo, y no es sugerible que se impulsen legislaciones de este tipo basadas en argumentos sensacionalistas ni en exageraciones amplificadoras de las reales dimensiones de la problemática. Junto a otros estudiosos del tema, compartimos cierta suspicacia respecto a leyes extraordinarias para prevenir o condenar posibles delitos que ciertos grupos, o sus líderes, pudieran cometer. Nos preguntamos si no basta con aplicar las leyes existentes cuando se tiene la sospecha fundada de que se ha cometido algún delito. Fue por esta vía, por ejemplo, que se llegó a la condena, entre otros personajes, en casos como el de Juan Unger (líder de las 8 reinas, en 1998), Ricardo J. Ocampo (más conocido como el Maestro Amor, en 2014), Néstor Corsi (alias "profeta Kropp", en 2017) y la pareja de Jesús Olivera y Estefania Heit (en cuyo caso incluso un juez hablo de manipulación mental para someter a la víctima, sin necesidad de una ley especial, en 2014). 

Por otra parte, huelga decirlo, no pocas veces encontramos en algunos referentes del Movimiento Antisectas actitudes tan fanáticas, estigmatizantes e intransigentes como aquellas que se denuncian en el otro lado del mostrador.

Las legislaciones represivas, además, y como señala la socióloga Eileen Barker, tienen por añadidura una desventaja no menor: suelen fomentar en grupos cerrados la tendencia a “ponerse a la defensiva”, espiralizando vivencias persecutorias que algunos de estos grupos experimentan, pudiendo ser el detonante, en situaciones, de finales lamentables e impredecibles.

Otro tema vinculado al anterior es el relativo al denominado Registro de Cultos, proveniente en su versión actual de la última dictadura cívico-militar, y destinado a tramitar el reconocimiento frente al Estado de las distintas comunidades y confesiones religiosas. Aunque su importancia en lo relativo al fenómeno sectario es parcial, dado que ya señalamos en varias oportunidades que muchos de estos grupos no presentan ningún contenido religioso, sostenemos que su vigencia en un país libre es francamente inútil (artículo 14 de la Constitución Nacional). Tiempo atrás, distintos grupos considerados sectarios descubrieron que inscribiéndose allí podían argumentar ante la sociedad su supuesta “legalidad”, además de recibir los beneficios de tener exenciones impositivas para sus templos. Y si bien es cierto que en un contexto de cierta estigmatización social frente a las minorías religiosas, estar inscriptos en el Registro puede asegurar cierta forma de reconocimiento por parte del Estado, si alguien comete un delito no lo comete por su condición de practicante religioso o ministro de culto, sino por ser una asociación o un ciudadano infractor de las leyes. Ni en México ni en Brasil, ni en la mayoría de los países europeos hay registros de Culto. Si alguien comete un delito, se hace funcionar el Código Penal y el Civil para todos los ciudadanos por igual. Sostenemos, junto a otros investigadores, que en un país democrático no debería existir ningún Registro de Cultos. 

Hay un último aspecto que interesa señalar, y cuyo desarrollo será motivo de futuras publicaciones. A menudo los estudios sobre “grupos sectarios” han transitado por dos carriles paralelos sin punto de encuentro en ninguna parte: por un lado, el de ciencias sociales como la Sociología y la Antropología de la Religión; por el otro, el de la Psicología, en articulación con el Derecho. Raramente se ha intentado un acercamiento entre estas disciplinas en lo referente al tema, proponiendo el debate de modelos de análisis, e intentando embarcarse en la fructífera búsqueda de algunos criterios comunes. Prejuicios, soberbia intelectual de ambos lados, pretensiones de superioridad en la comprensión del fenómeno, y también la dificultad para desprenderse momentáneamente de los propios paradigmas, constructos teóricos y herramientas conceptuales, dificultaron enormemente todo intento de reflexión conjunta e interdisciplinaria. La idea comúnmente reflejada en gran cantidad de escritos sociológicos y antropológicos sobre la problemática, esto es, que la cuestión del denominado sectarismo y su abordaje desde la Salud Mental no son sino intentos de darle un barniz “científico” a la estigmatización de grupos religiosos minoritarios, tiene antecedentes históricos que la validan parcialmente, pero que no alcanzan para explicar la totalidad del fenómeno. Lo mismo vale para ciertas visiones sesgadas que desde la Psicología han visto con recelo, y cuando no con actitud inquisidora, a cualquier grupo heterodoxo y divergente de la norma sociohistórica/cultural/religiosa validada por consenso. Vale aclarar que, predominantemente, esta última distorsión partió por lo general de estudios sobre el tema anclados de base en posturas parcializadas o confesionales, centradas equivocadamente en las creencias de los grupos señalados, y no en sus métodos y dinámicas, que es lo que esencialmente los define como abusivos.

El debate, de tanto en tanto, recobra vigencia, si es que alguna vez se abrió de forma genuina y desprejuiciada.

Juan Manuel Otero Barrigón