domingo, 5 de enero de 2020

Sobre singularidad, deseo, e idolatrías

"Alone", por Giorgio Gosti

Por Juan Manuel Otero Barrigón // Una soledad habitada, tal es el sentido de nuestra condición social. Y en estos tiempos posmodernos, una soledad poblada de imágenes. He ahí por qué a las mayorías no les gusta abandonar la “Ciudad”. Hace falta mucha abnegación para vivir fuera del círculo. De allí que los seres singulares a menudo encuentren resistencia. El sentido común, decía Debussy, “es una religión inventada para disculpar a los necios por ser demasiado numerosos”. Y la psicología social nos cuenta que la fabricación de ídolos se nutre de sentido común. El ídolo, satisfaciendo necesidades atávicas, es hoy más que nunca la dependencia de un erotismo de papel de embalaje. Su fuente es el magma de un potencial de deseos.