domingo, 15 de diciembre de 2019

Reencuentro con la Psyché

Pintura: "Freedom", de Dalius Virbickas

Por Juan Manuel Otero Barrigón // Se ha dicho que “no hay que luchar contra los Cultos, sino maniobrar a favor de las víctimas”. Porque las personas abandonan los Cultos por muchas razones, y entre ellas, dolorosa, la nostalgia de la libertad. Por eso, recuperar la autonomía personal, luego de haber renunciado a todo para “formar parte”, puede ser un camino intricado. Supone reanudar el viaje interior de la Psique que había sido interrumpido. Un (re)encontrarse que no admite intermediarios. Y que por tanto, es algo necesariamente singular.

viernes, 22 de noviembre de 2019

Las "Multinacionales de la Fe", América Latina y los movimientos populares



Las "Multinacionales de la Fe", América Latina y los movimientos populares

por Alfredo Silletta*



“El evangelista Billy Graham señala que puede predicar en una sola noche todo lo que el discípulo Pablo hizo en su vida. En realidad, mientras las estimaciones históricas ubican la cantidad de oyentes de Jesús a lo largo de toda su vida en no más de treinta mil personas, la Iglesia Electrónica, con el aporte de los satélites, permite que mil millones de personas puedan ser alcanzadas simultáneamente por el mensaje del Evangelio”. Así comenzaba Multinaciones de la Fe, un libro que publiqué hace más de 30 años en el que relataba la invasión silenciosa de los grupos evangélicos, vinculados a la Nueva Derecha norteamericana, sobre Centroamérica primero, y luego hacia toda la región de América Latina, con una intención simple de manipular a los pueblos del sur.

La historia de la Iglesia Electrónica comenzó en 1950 cuando el popular evangelista Billy Graham realizó una serie de programas radiales que produjeron gran sensación. Un año más tarde hizo su debut en la televisión. Pero el mérito de ser el primer evangelista con un programa semanal televisado será de Rex Humbard, quien comenzó en 1953 y en 1958 inauguró la Catedral del Mañana en Ohio, la primera iglesia utilizada como estudio de televisión. Luego lo siguió Oral Roberts con su poder de ‘sanidad’ y las curaciones a través de sus manos sobre la pantalla. El auge de los predicadores electrónicos llegaría en la década del sesenta para ya no irse más de la pantalla.

Hasta aquí, nada que opinar, cada uno cree en lo que quiere. El problema se produjo a mediados de la década del setenta cuando se dio la primera alianza estratégica entre la Nueva Derecha norteamericana y los teleevangelistas que le permitió el triunfo electoral a Ronald Reagan en 1980. Richard Viguerie expresó en su libro The New Right que: “Existen aproximadamente 85 millones de americanos (cincuenta millones de protestantes de fe renovada, treinta millones de católicos de moral conservadora, tres millones de mormones y dos millones de judíos conservadores y ortodoxos) para conformar una coalición Pro-Familia seguidora de la Biblia… La separación de la Iglesia y el Estado no significa la separación de Dios y el gobierno”.

La Alianza entre la Nueva Derecha y los teleevangelistas llevó a la creación de grandes corporaciones como La Voz Cristiana, la Mayoría Moral y la Mesa Redonda Religiosa que se encargaron de movilizar a miles de ministros, pertenecientes a iglesias locales que sirvieron como presión para que la administración Reagan defendiera sus valores. Por su parte, estas mismas organizaciones se convirtieron en la avanzada de penetración ideológica en toda América Latina. En 1981 crearon el Instituto sobre Democracia y Religión que se encargó especialmente de Nicaragua y El Salvador, criticaba duramente a las iglesias históricas protestantes y al catolicismo por ‘hacerle el juego al marxismo’.

Esta Alianza de la Nueva Derecha norteamericana y los telepredicadores norteamericanos produjo una verdadera invasión de programas religiosos hacia América Latina en la década del setenta y ochenta. Estos programas, doblados al español, transmitían el estilo de vida de la clase media norteamericana, la defensa abierta de la política de Estados Unidos y especialmente la lucha contra el avance del comunismo. Las primeras experiencias las realizaron en Centroamérica y Brasil, para luego extenderse a todo el continente. Los más conocidos en aquellos años fueron el Ministerio de Jimmy Swaggart, el Club 700, el Club PTL y al evangelista Red Humbard. En radio se destacaron Swaggart, el Club PTL, Luís Palau Responde y el Hermano Pablo, especialmente en Centroamérica.

Mientras que la Iglesia Católica de aquellos años se había comprometido con la Teología de la Liberación y la defensa de los pobres, estos predicadores planteaban una religión puesta al servicio de la legitimación del sistema capitalista y en especial a sus fuentes de dominación y desigualdad social. Estas religiones acentuaban el individualismo, pregonaban que la salvación no era colectiva sino individual con el Señor.

Uno de los fenómenos de dominación se produjo en Brasil, a partir del nacimiento en 1977 de la Iglesia Universal del Reino de Dios. El autoproclamado Obispo Edir Macedo armó un verdadero imperio político-religioso. Miles de templos en todo Brasil, diputados, cadenas de televisión, diarios y bancos con incidencia en la dirigencia política.

Macedo copió de los predicadores norteamericanos la llamada Teología de la Prosperidad. Su intención fue convertir al Brasil en un Estado religioso y gobernar con mano dura y mesiánica. Lo logró el año pasado con el triunfo de Jair Bolsonaro.


Por estos días, en Bolivia se produjo un golpe de Estado, donde el factor religioso tuvo un rol fundamental. En las primeras horas, la autoproclamada presidenta Jeanine Añez y el fascista Fernando Camacho aparecieron en el Palacio Quemado con Biblias gigantes. Hay que recordar que en las elecciones de octubre el pastor evangélico surcoreano nacionalizado Chi Hyun Chung salió tercero con el 9 por ciento de los votos.

En la Argentina todavía el fenómeno político evangélico no creció demasiado. En las últimas elecciones la fórmula de Juan José Gómez Centurión y Cinthia Hotton no superaron el 2 por ciento de los votos, pero debemos reconocer que cumplieron un rol importante para impedir la aprobación de la Ley que otorgaba a las mujeres el derecho a optar por la interrupción del embarazo. La campaña conocida como las “dos vidas” o los “pañuelos celestes” le permitió a Amalia Granata obtener unos 300.000 votos para ser elegida diputada provincial en Santa Fe.

La política de Estados Unidos hacia América Latina incluye la lucha ideológica en distintos estamentos. Por un lado, la doctrina de la Seguridad Nacional que produjo una serie de golpes sangrientos en los años ‘70 y ‘80 que parecían estar terminados, pero que lamentablemente parecen resurgir a partir del golpe de estado en Bolivia.

En paralelo, las políticas monetaristas del neoliberalismo que endeudan a nuestros países en forma brutal y luego exigen “ajustes” a costa de los derechos de los trabajadores.

Por último, en los sectores populares penetran a través de una religión individualista y proamericana, donde solo importa la salvación individual que lleva a la despolitización. Muchas iglesias evangélicas -no todas- trabajan sobre los sectores más necesitados y terminan haciendo campaña por partidos de derecha.

* Artículo publicado originalmente en: https://info135.com.ar/

miércoles, 20 de noviembre de 2019

En memoria de Laura Kohl


Acaba de irse una mujer buena, cálida, inspiradora. Una sobreviviente de la pesadilla de Jonestown (Guyana 1978), que dedicó su vida a crear consciencia y a expandir un mensaje de amor y comprensión entre las personas. Una cuáquera hermosa. Pacifista a ultranza. Luchadora incansable. Sensible hasta el dolor por la causa de las minorías. Gracias por nuestros intercambios, que me enseñaron tanto.  Buen viaje, querida Laura Kohl.

miércoles, 13 de noviembre de 2019

Sobre el Culto a la Personalidad


Por Juan Manuel Otero Barrigón // La expresión “Culto a la Personalidad” fue usada, por primera vez, en 1956, a propósito de Stalin. Con esa denominación se hacía de “tal o cual dirigente un hechicero, un taumaturgo”. Denuncia que coincidió en el tiempo con la revelación hecha por los propios comunistas sobre los dramas que la Unión Soviética había vivido en la época en la que Koba gobernó el país con mano de acero. De allí resultó que en nuestra mente, a posteriori, culto a la personalidad y drama quedaran estrechamente asociados. 
Desde la psicología profunda, el concepto de Personalidad-Maná nos ayuda a entender la intensísima pregnancia que despliegan ciertas figuras capaces de encarnar cualidades numinosas para los demás. La situación puede ser más peligrosa cuando el individuo controlado por el arquetipo de la Personalidad-Maná cree que el poder le pertenece.

sábado, 2 de noviembre de 2019

Caída y Ascenso


Pintura: Joakim Ericsson

Por Juan Manuel Otero Barrigón // “¡El rey ha muerto! ¡Viva el rey!” Fórmula impresionante que, en el plano racional, traduce la preocupación de una continuidad sin falla del poder, pero cuya resonancia profunda expresa la angustia del vacío y la necesidad de restauración inmediata de una imagen venerada, protectora, eterna, más fuerte que la muerte. Fórmula que sintetiza, poderosamente, muchos episodios en los que el líder de Culto es arrancado de su sacralidad para verse cubierto por el lodo de situaciones tan profanas, como (in)creíbles, para sus seguidores más fieles. De esta manera, instalada la disonancia cognitiva entre ilusión y realidad, la brecha tendrá que cerrarse para que el grupo sobreviva. Algo que va ocurrir, eventualmente, mediada la habilidad de reconfiguración discursiva del líder para sostener su mensaje. Así, el grupo logra conservar su homeostasis interna.
La persona se esfuma. El ídolo queda.

lunes, 28 de octubre de 2019

Cultos e Inconsciente Profundo


Por Juan Manuel Otero Barrigón // El fenómeno de los Cultos, aunque tiene raíces tan antiguas como el tiempo, adquirió, en las sociedades contemporáneas, nuevas energías como una forma compensatoria de proporcionar a las personas estructura y un sentido de significado y pertenencia. Las iglesias y otras instituciones religiosas y espirituales fueron desde siempre contenedoras de arquetipos muy poderosos que hacen a la función religiosa de la psique, proporcionando a los miembros imágenes y caminos seguros hacia la dimensión colectiva del inconsciente. En este sentido, una de las dificultades con los Cultos es que se presentan como vehículos demasiado estrechos, o demasiado unilaterales, para cumplir realmente una función bien equilibrada que facilite el diálogo abierto de sus integrantes con la dimensión arquetipal.

miércoles, 23 de octubre de 2019

Can members of the Trump cult be deprogrammed after the leader falls?


Can members of the Trump cult be deprogrammed after the leader falls?  Steven Hassan says yes*

(Author of "The Cult of Trump" on our president's similarities to famous cult leaders — and how to break the grip)



CHAUNCEY DEVEGA    OCTOBER 22, 2019 

new Gallup poll finds that at least 50 percent of the American people want Donald Trump to be impeached and removed from office. That's three times higher than the percentage of Americans who supported impeaching Richard Nixon during the early stages of the impeachment process. Trump could become the first American president to run for re-election after being impeached in the House of Representatives.

On the surface, at least, it would seem that Donald Trump’s continual torrent of lawbreaking, his disrespect for the Constitution and democracy, his corruption, racism, nativism, misogyny and overall debasement of human morality and human decency have finally reached a point where he will be held accountable by the Democrats in Congress and then at the polls in 2020.

But what of the 39 percent (or so) of Americans who continue to support Donald Trump? His popularity among Republican voters continues to be remarkably high and stable (87 percent per Gallup’s most recent poll) given his many failures of policy, including policy decisions that directly hurt his most enthusiastic “white working class” supporters. Indeed, Trump’s base of stable support remains the highest among American presidents in the history of modern polling.

Despite — or because of — Trump’s apparent criminal behavior and obvious inclinations toward fascism he has a cement-like hold on his supporters. Trumpism can be understood as right-wing political extremism transformed into a cult. This is not just a metaphor. Trump’s lies, his assault on reality, his threats of violence, his cruelty, his demand of absolute loyalty, his manipulation of willing subjects who choose to escape empirical reality, and his shared state of collective narcissism with his followers all fit the definition of a cult. From that realization follows another: Trump’s removal from the White House, by electoral defeat or any other means, remains unlikely — unless his opponents can fully mobilize to overwhelm and defeat Trump’s zealots.

Is it possible to deprogram Trump’s political cult members and return them to normal society? Should good Americans isolate Trump supporters and refuse to interact with them? In what ways does Trump fit the profile of a cult leader? How is his apparent and lengthy history of sexually predatory behavior typical of a cult leader? If Trump is removed from office, will his supporters respond with violence?

In an effort to answer these questions, I recently spoke with Steven Hassan, one of the world's foremost experts on mind control and cults. Hassan is the author of several bestselling books, including "Combating Cult Mind Control" and "Freedom of Mind: Helping Loved Ones Leave Controlling People, Cults, and Beliefs." His new book is “The Cult of Trump: A Leading Cult Expert Explains How the President Uses Mind Control.”

This conversation has been edited for clarity and length. You can also listen to my full conversation with Steven Hassan through the player embedded below.

Donald Trump has been public and obvious in his threats to democracy and the rule of law. He also has not hidden his racism, bigotry, sexism, overall belligerence, and lack of good character, morals, or principles. You and others were warning people years ago that if Trump became president it would be a national and global disaster. Why didn’t more Americans listen to the warnings? The level of surprise at Trump’s behavior is almost humorous.

People do not want to hear the truth because many of them are tuned into media sources which are essentially disinformation channels. They are trusting victims of deception and manipulation.

As I've traveled around the country helping to deprogram people who have been in cults and similar groups, it appears that many Americans feel helpless and overwhelmed by Trump’s presidency and all that it has wrought. They have tuned out and simply do not know who to trust or what to believe is true or not.

How do you explain the deep and unflappable devotion of Trump's supporters? Trump’s policies are literally hurting most of his own supporters. Yet, instead of turning on him, they double down and appear to love him even more.

There are multiple overlapping constituencies of people who are following Trump. But the most devoted Trump supporters are people involved with religious cult groups or following leaders who they believe are apostles or prophets. These people are so programmed to fear Satan and evil spirits that they are disconnected from their own critical thinking and from their own consciences. This involves not just New Apostolic Reformation groups and Christian megachurches, but also Opus Dei and members of the Family. The latter was profiled in a recent Netflix series.


These Trump supporters practice apocalyptic thinking. They see the world in all-or-nothing terms, good versus evil. They think Trump is a sinner — but so are we all. And like God used King Cyrus in the Bible, these people believe that God is using Trump. So while they may not like or respect Trump personally, these Trump supporters are part of a belief system which tells them that Donald Trump is doing God's will. Therefore, they are going to do whatever Trump says to do.

Are Trump’s supporters damaged people? The social psychology literature suggests that authoritarianism is tied to some type of emotional harm that occurs during childhood. These authoritarians then seek out a father figure for protection, or as a substitute for how their caregivers hurt or abused them when they were children.

I'm very familiar with that theory. I don't think it holds up universally. It's a version of blaming the victim. That theory suggests that people are defective and therefore they can be manipulated, as opposed to understanding that our minds are a type of learning machine and therefore we as human beings can learn the wrong things. Our reality-testing strategies can be subverted, especially with sleep deprivation and information control.

One of the most universal techniques of subverting our ability to correctly assess reality is through phobia indoctrination. This is the implantation of irrational fears against questioning the leader, the doctrine, or the organization or cult’s policies.

People who were raised in strict fundamentalist-type religious groups, where they're not encouraged to make mistakes, think for themselves or use their conscience but rather to obediently follow doctrine and the authority figure, are going to be more susceptible to following someone like Donald Trump. There is also the aspect of physical corporal punishment if they disobey the authority figure or other leader, which plays into their behavior and following a Trump-like leader as well.


How does Trump’s movement meet the definition and criteria for a cult?

Destructive cults are authoritarian, pyramid-structured groups where there is often a charismatic or authoritarian leader at the top who commands total power and loyalty. Destructive cults also use deceptive recruitment and specific control of techniques. These techniques include behavior control, information control, thought control and emotional control to keep people dependent and obedient within that group’s structure.

The group really demands a pseudo-identity. It is not your real conscience or your real self. You become someone who is a tool of the leader, an instrument to be used or to be thrown away. Much of the manipulation, aside from telling the members, "You're the chosen ones," is about guilt and fear. It is actually a very unpleasant experience to be in one of these cult groups long-term.

In what specific ways does Trumpism fit that model?

Trump tells his followers not to listen to his critics or former members of the group — meaning people who have left his administration or otherwise no longer support this presidency and movement. Trump also tells his followers not to listen to other information if it is critical of him. Outside information is essential for reality-testing and how we as human beings make our own decisions and practice free will. Donald Trump also tells his followers that if you don't follow him, terrible things are going to happen to you, the country and the world.

Trump tells his followers that the world will be overrun by evil people if they don’t support him. Donald Trump is a stereotypical cult leader like Lyndon LaRouche, who's a political cult leader, or Sun Myung-moon, my former cult leader. Donald Trump is also like Jim Jones or David Koresh. It is clear when you consider Trump’s malignant narcissism and examine his speeches and writing.

If Trumpism is a type of cult, how does one go about deprogramming millions of people?

That is the main reason why I wrote my new book "The Cult of Trump." I knew that the people who need the book the most are not going to read it. People in cults don't think they're in a cult. I felt like I needed to first start with those people who will listen and then learn that mind control is real. Brainwashing can take place. People are witnessing that very directly in America right now. Unfortunately, what is happening in America right now is that people who have family members or friends who have become Trumpists are now calling them names and cutting off contact from them.

This happens when someone's loved one gets into Scientology or the Moonies or any number of other such groups. The family tries to convince them to leave the cult and when that doesn’t work, they cut off contact from their loved one.

To get your loved ones or friends out of Trump’s cult, you need to reach out to them strategically. Don’t start with saying how stupid you think the Trump cultists are. And I would also appeal to people who are Trumpists to stop being so hostile to people who do not support Donald Trump. To try to get people out of Trump’s cult we should first try to engage them in an intelligent conversation about the psychology of influence. We should also talk to Trumpists about how to better discern facts from opinions and beliefs.

One of the universal techniques that I teach my clients is that you want to focus on another group initially, and not the group in which the person you are trying to help is a member. Focus on China, for example, or some other country that is engaging in brainwashing of its population.

To extricate someone from a cult such as Trump’s, you should also ask the person to think about people who have lied to them or people who took advantage of them. Ask them to reflect on an experience where someone hired them and then refused to pay them. Would they want to work for someone like that again? Would they trust someone like that again?

In this moment with Donald Trump and his movement, we also need to have conversations based on love and respect to take control of the fact that we are on one planet together and our mutual survival or destruction depends on us ending this massive social and political polarization.

As a cult leader, how sophisticated is Donald Trump? How would you evaluate him?

Donald Trump has learned a great deal from “pickup artists” — the so-called PUAs — who understand how to hypnotically manipulate women in order to take advantage of them. Trump’s comments about grabbing a woman's crotch regard what is known in hypnosis as a “pattern interruption.” Most women would be so shocked that anyone would dare to do such a thing that they then go into instant freeze mode. This then allows Trump or another pickup artist to hypnotically say, "I think you're beautiful and you love me," or something like that. This then allows the pickup artist to take sexual advantage of the woman they have targeted.

I do not believe that Donald Trump is very smart. I do not think that Donald Trump has an ability to focus on things in a very sustained way. Trump does not read. He is not committed to learning. What Trump is centered on is pleasure and personal enjoyment. He has a narcissistic need to have people around him telling him how great he is. I am also a firm believer that for many years Vladimir Putin, a former senior KGB officer, has been running a program to use and influence Donald Trump.

Trump is also being heavily influenced by billionaires in the fossil fuel industry and others who have a vested interest in establishing a right-wing Christian theocracy and/or a right-wing libertarian government, for example, who know that to get what they want from Donald Trump all they have to do is stroke his ego.

What is the role of sexual predation in terms of a cult leader like Donald Trump?

When people ask me to tell them about cult leaders, I say "Power, money and sex." Not necessarily in that order. But power, money and sex are almost always all involved. I doubt someone like Donald Trump actually enjoys sex. For Trump, sex is more of an extension of power. It is all a game and another conquest for someone like him.

Cult leaders like Donald Trump do not have a clue about empathy, which is the basis for genuine love. Trump is not able to imagine himself as another person and to think about their feelings. This allows Trump to validate the worst parts of human nature among his supporters.

They see Trump and his behavior and then say to themselves, "Oh, I wish I could have said something like that.Donald Trump is validating a very dark side of selfishness and greed. This is very unhealthy for human beings. It most certainly is unhealthy for a society to encourage such values.

Trump continues to threaten violence. He has publicly said that leading Democrats such as Joe Biden, Hillary Clinton, Adam Schiff and others are “traitors” or have committed treason. The punishment for treason is death. Trump keeps talking about a “civil war” and saying that he is a victim of a “coup”. He encourages violence by his followers — and they have followed through on his commands. This seems like so much projection. Trump is blaming other people for those things he knows he is guilty of.

I agree. It is a form of psychological projection. Who knows if Trump will ever be put on trial and found guilty for treason? The facts overwhelmingly show that Donald Trump is not honoring his oath to the Constitution and to the American people.

Trump’s violent threats are an example of fear indoctrination and phobia indoctrination for his supporters.

So the question then becomes, when Donald Trump is making these violent threats, what is going on in the minds of the people who are around him? Are Trump’s inner circle, his followers and other supporters really willing to commit murder for Donald Trump? Will his followers go that far for him?

I was once in an impromptu meeting with Sun Myung-moon when he said the following, "When we take power in America, we will amend the Constitution and make it a capital offense for people to have sex with people other than those assigned to them by the church. We'll be doing them a favor by taking their physical bodies away from them, sending them to the spiritual world where they can be restored later." And my immediate reaction was, "Yes, father. Makes sense, father."

That moment plagued me for years after getting out of the group. I had been indoctrinated that far against my own values. I was a pacifist. I protested against the Vietnam War and against the military-industrial complex. And yet there I was saying, "Yep, mass genocide so we can take over the world for God. Great idea." All I can say is that people who are indoctrinated that far can in fact be brought back to reality. They can become citizens who are ethical. I'm a model of that.

Let's assume that Trump either resigns or is somehow forced out of office. What will that do to his supporters? Will they lash out? Or will Trump’s supporters turn that rage inward against themselves?

Unfortunately, my experience is that people often stay on automatic pilot for years after being in a cult. Trump’s supporters are an easy target for another country, whether it's Russia or Iran or China or some other hostile country that wants to sow division in the United States. Unfortunately, I think that Trump’s supporters are going to be a great danger to the rest of us in this country for some time.


*Publicado originalmente en el portal de noticias Salon.com
CHAUNCEY DEVEGA
(Chauncey DeVega is a politics staff writer for Salon. His essays can also be found at Chaunceydevega.com. He also hosts a weekly podcast, The Chauncey DeVega Show. Chauncey can be followed on Twitter and Facebook)

jueves, 3 de octubre de 2019

📌


C.G. JungLiliane Frey-Rohn, Conferencia Eranos , Suiza ca. 1945

"La personalidad religiosa estable no descansa en la perfección moral sino en la aceptación de nuestras actitudes reprimidas".

Liliane Frey-Rohn

domingo, 8 de septiembre de 2019

Cultos y Adolescencia, según Dianne Lake (Manson Family)


1969
2019

Primera entrevista de Dianne Lake a un medio de habla hispana (Infobae)

"Yo acudí a la Familia Manson porque quería pertenecer. Porque buscaba un lugar en el mundo. Y me fui hundiendo gradualmente hasta que no pude entender lo perdida que me encontraba. Nadie elige pertenecer a un Culto; nadie busca eso. Pertenecer a un Culto ni siquiera es algo de lo que uno toma conciencia cuando está dentro. Sin importar lo precavido que seas o que se trate de un adolescente incapaz de ver por encima de sus emociones. Cuando estás en un Culto, creés que estás parado sobre terreno firme hasta que descubrís, generalmente muy tarde, que no sólo tus pies son los que tiemblan, sino que el suelo se desvaneció".

Dianne Lake, ex integrante de la Familia Manson

Entrevista inédita de Infobae a Dianne Lake (Septiembre 2019):

domingo, 1 de septiembre de 2019

viernes, 9 de agosto de 2019

Apuntes para repensar a "La Familia", el Culto de Charles Manson (Parte 6)



por Juan Manuel Otero Barrigón
(Prof. Cátedras "Psicología Social" 
y "Psicología de la Religión" - Universidad del Salvador, Buenos Aires)


Estamos en Los Angeles, agosto de 1969. 
Hace unas semanas, el hombre llegó a la Luna, Judy Garland murió en Londres, los disturbios de Stonewall impulsaron el movimiento gay, y Richard Nixon comenzó a retirar tropas de Vietnam. En las pantallas, "Easy Rider" y "Butch Cassidy". También Scooby Doo tuvo su primera emisión por esos días. Y el 8 de agosto, horas antes del asesinato de Sharon Tate, los Beatles cruzaron Abbey Road y se inmortalizaron con una foto.
La madrugada del Sábado 9 de Agosto de 1969, hace exactamente 50 años, 
Charles Manson envió a cuatro miembros de "La Familia" a la vieja mansión de Cielo Drive 10050, en Benedict Canyon. Allí vivía Sharon Tate, la hermosa actriz y modelo casada con el cineasta Roman Polanski, famoso por su película "El Bebé de Rosemary", y que en ese momento estaba en Londres trabajando en los preparativos de un nuevo film que jamás llegó a rodarse. Tate, embarazada de ocho meses, disfrutaba de la noche de verano junto a tres amigos, el peluquero Jay Sebring, la heredera de la empresa Cafés Folger, Abigail Folger, y Voytek Frykowski, amigo de Polanski, y por entonces pareja de Abigail.  Hacia la medianoche la escena se iba a tornar dantesca: Susan Atkins (alias Sexy Sadie), Patricia Krenwinkel y Tex Watson entraron en la casa armados con cuchillos y un rifle. Afuera esperaba Linda Kasabian, una adolescente desorientada y recién integrada a "La Familia", que no participó directamente de los hechos, pese a que más tarde sería una pieza clave en la estrategia de la fiscalía para lograr la condena de todos los involucrados en los crímenes. "Soy el Diablo, y estoy acá para hacer la obra del Diablo", fueron las palabras de un Tex Watson enajenado frente a la sorpresa de Sharon Tate y los demás. Esa noche, la locura terminó con la vida de cinco personas, incluida la de Steve Parent, un chico de 18 años cuyo único error fue el de transitar por el lugar equivocado a la hora equivocada. Apenas un día despúes, "La Familia" daría un nuevo golpe en la residencia del matrimonio Leno y Rosemary LaBianca, crímenes en los que participó otra joven integrante de la Comuna: Leslie Van Houten. En total, el raid criminal con el que Manson pretendía, según algunos, desencadenar el Helter Skelter, y según otros, desviar la atención de la policía y conseguir la liberación de Bobby Beausoleil,  incluyó la muerte de 9 personas, aunque las investigaciones más recientes vinculan a "La Familia" con otros más de veinte crímenes.

Para el periodista Tom O´Neill, autor de una reciente investigación que cuestiona fundadamente la teoría oficial de "Helter Skelter", "la plena dimensión del mal no está en lo que sabemos de Manson, sino en lo que no sabemos". En su libro "Chaos" (2019), sugiere una tesis inquietante:  Manson pudo haber sido entrenado por la CIA, obsesionada por entonces con el uso del LSD como modo de influir en la psique humana. Al respecto, O’Neill llega a afirmar que la agencia estaba haciendo con sus conejillos de indias de la Haight-Ashbury Free Medical Clinic de San Francisco exactamente lo mismo que Manson hacía con sus seguidores. También se replantea por qué Manson fue arrestado en su rancho por la policía de Los Ángeles apenas tres días después de los asesinatos, implicado en la posesión de drogas y corrupción de menores, para ser dejado luego en libertad por un tecnicismo legal. Y por si fuera poco, involucra de manera mucho directa en el caso a Terry Melcher, el productor musical que se negó a grabar un disco de su autoría, desatando así su violencia, e incluso a Dennis Wilson, el Beach Boy que mantuvo una relación cercana con los miembros de "la Familia".

Cielo Drive 10050, residencia de Sharon Tate y Roman Polanski

La música de "La Familia": "Ride Away", The Family Jams, 1970
* Escenas de Archivo en el rancho Barker *


Son muchas las razones por las que, a 50 años de los hechos, la figura de Charles Manson sigue despertando fascinación. Una de ellas es, probablemente, la trama infinita de pequeños acontecimientos que se fueron sucediendo hasta terminar en un baño de sangre. Es una historia con tantos detalles que difícilmente alguien sería capaz de inventarlos. Hay fama, crueldad, estrellas de rock, belleza, drogas, psicopatía, religión, contracultura, conspiracionismo, vulnerabilidad.
Lo tiene todo.
Por otro lado, los intentos por comprender las sutilezas psicológicas de la personalidad de Manson fueron desde el comienzo, casi una constante. Cabe decir que nunca hubo un diagnóstico oficial de su estructura psíquica. Sin embargo, algo en lo que coincidieron la mayoría de los analistas es que en él se hacían presentes dos dimensiones muy claras: frustración y conflicto.
Una infancia de maltratos, de carencias, y unos servicios sociales que lo descuidaron por completo, lo empujaron de manera temprana a intentar sobrevivir a través del delito. El desafio continuo y el desprecio a la autoridad fueron algo permanente en su vida. Más tarde desplegaría su megalomanía, su personalidad psicopática y lo que desde la psiquiatría clásica se llama el Síndrome de Kakon o de la Gran Angustia. En este sentido, "lo que el sujeto trata de alcanzar en el objeto al que golpea no es otra cosa que el kakon de su ser". Kakon es un término griego que significa "el mal". Para Jacques-Alain Miller, el kakon es una denominación del objeto como éxtimo. Es decir, el ser lastimado en el exterior es el ser mas íntimo del sujeto. En tanto objeto real, el mal es el kakon, que se corporiza en la relación imaginaria con el otro. Mal, comprendido lacanianamente, como goce masivo al que se accede a través de una trasgresión. El das Ding, la Cosa, es así el objeto primordial oculto por la acción del ideal.
A partir del examen por parte de Freud del amor al prójimo, Lacan concluye una de sus tesis proponiendo que el goce es un mal, dado que entraña el mal del otro y, de esta manera, el llamado del precepto bíblico de amar al prójimo ignora la tendencia del ser humano a la maldad, a la agresión, a la destrucción y a la crueldad. Esta teoría del mal no plantea el recurso de lo imaginario como vía de acceso a lo real, sino que el real queda ya integrado en el das Ding. En tanto el goce como mal se vincula al semejante nos encontramos con la "maldad".
Manson cristalizó el final de una época: con él, se apagaron las ilusiones encendidas durante el "Verano del Amor". El desastre del concierto de Altamont, apenas unos meses despúes, terminaría de cerrar una etapa. Woodstock, cuyo medio siglo se celebra también por estos días, fue una fiesta con sabor a despedida. La despedida de un sueño hermoso que duró demasiado poco. 
El tsunami de violencia generalizada que desató Manson en nombre del amor, evidencia que en la subjetividad yace lo más oscuro del ser, y es por eso que no se puede obviar una lectura penetrante del síntoma de lo violento. Lo violento tiene los objetos del deseo del sujeto, cuya elección se refiere a poseer lo que el otro tiene o lo que el otro es, aunque poco le sirva. La violencia pone punto final a la ilusión de igualitarismo y fraternidad. El kakon fragmenta radicalmente a los sujetos. Así, y en tanto sustituto secundario de una carencia original, la Familia terminó por deshacerse. Develada  la trama subterránea del juego social que pretendía denunciar, a Charles Manson sólo le restó apuntar contra sí mismo

viernes, 2 de agosto de 2019

Apuntes para repensar a "La Familia", el culto de Charles Manson (Parte 5)


por Juan Manuel Otero Barrigón
(Prof. Cátedras "Psicología Social" 
y "Psicología de la Religión" - Universidad del Salvador, Buenos Aires)

Sobre los crímenes de la familia Manson se tejieron distintas hipótesis. Inicialmente, algunos hablaron de un simple ajuste de cuentas por drogas; otros, de un mensaje intimidante para Terry Melcher; también sobrevoló la tesis, hoy actualizada, según la cual los asesinatos eran parte de una coartada con la que los miembros de "La Familia" buscaban probar la inocencia de Bobby Beausoleil, integrante del Culto, que había caído preso por la muerte del músico Gary Hinman. Pero sin dudas la teoría más popular, y también la más llamativa,  es la que involucró el propio universo de creencias de Manson, ventilado por el fiscal Vincent Bugliosi durante los juicios de 1970/71.
Obsesionado con el Álbum Blanco de The Beatles (lanzado en noviembre de 1968), Manson había hecho una interpretación personalísima de las letras, vinculándolas con la Biblia. A partir de las canciones, profesaba que los afroamericanos desatarían una guerra racial y que, una vez que mataran a todos los blancos, acudirían a la Familia -que sobreviviría escondiéndose en el desierto- para gobernar el mundo. Los asesinatos, entonces, eran una manera de mostrar a los afroamericanos lo que tenían que hacer. A esa delirante guerra racial, Manson la llamaba Helter Skelter.

En una entrevista, la novelista californiana Emma Cline, autora de un poderoso retrato literario sobre las chicas más fieles a Manson, definió los crímenes de "La Familia" como un "cuento de hadas oscuro". Existe una dimensión mitológica en la historia de este Culto, que contribuyó a la fabricación del anti héroe, ícono pop, insólito ídolo de masas, y rostro de tantas gorras y remeras del Moloch capitalista. Como un Dioniso enloquecido, Charles Manson logró despertar pasiones perturbadoras, rebasando, y alterando, los límites convencionales establecidos. La sombra del arquetipo de este Dios, se reveló en Manson con sus conductas psicopáticas, incapaz de asumir ninguna clase de compromiso y lazo social sano con su entorno.  En Dioniso, la prueba de asumir la propia sombra es un imperativo indispensable. Para ello, es necesaria la construcción de una identidad firme que permita soportar la tensión de este arquetipo y transmutar la sombra del "borracho libidinoso", llegando así al danzante cósmico en unión mística con el misterio del Todo. Recorrido el cual quedó trunco en Manson, que de vagabundo perseguido viró a asesino místico, en el contexto de una generación, la de los 60´, que fue ella misma de tipo dionisíaca. 


"La Familia", en el rancho Spahn, uno de los refugios del Culto
Charles Manson: filosofía libre durante los juicios de 1970

El dionisíaco no integrado es una persona intensa y emotiva, absorta en sus pasiones del momento. Puede atravesar estados de exaltación extrema, sobre todo con la música o las drogas, o transgredir normas en compañía de aquellos cercanos a él. Puede ocurrir que tenga un humor muy cambiante, y pase de una desesperación profunda a un éxtasis que lo transporte a un plano más elevado de inspiración. Esta inestabilidad le impide establecer relaciones estables y sólidas, igual que Dioniso, que atrae y abandona sucesivamente a varias mujeres. 
Manson sentía crecer y mutar interiormente. Todo lo que podía intensificar sus experiencias emocionales lo fascinaba. Su obsesión era el miedo. Sentirlo, y sobre todo, provocarlo en los demás. El miedo, para él, era algo peor que el Apocalipsis pronosticado. Y por ende, algo grandioso.
Como planteara Walter Otto, Dioniso es el arquetipo de la "inmediata presencia y de la lejanía absoluta". En él, los opuestos alcanzan su tensión máxima, por lo que no es imposible que en algún momento se rompa el fino hilo que reúne a los contrarios, y que la consciencia vacile hacia un extremo u otro de su comportamiento, perdiendo la visión clara del centro.  Manson fue, simultáneamente, tanto Charlie como Man´s Son. Compartía con sus devotos los "Creepy Crawlings" por los cuales irrumpía nocturnamente en viviendas ajenas, y cenaba luego en la soledad de la roca del rancho Spahn, marcando su distancia y su pretendida comunión con la sustancia del cosmos, lejana a las posibilidades de los demás miembros de "La Familia". Anfitrión de sus propias bacanales, ofició de Sumo Sacerdote oscuro; su personalidad terminó cubriéndose con las sombras de la potencia fúnebre que lo envolvió desde su misma génesis. 


sábado, 20 de julio de 2019

Apuntes para repensar a "La Familia", el culto de Charles Manson (Parte 4)



por Juan Manuel Otero Barrigón
(Prof. Cátedras "Psicología Social" 
                                                                                     y "Psicología de la Religión" - Universidad del Salvador, Buenos Aires)


En el libro "Hippie", el genial retrato de Barry Miles sobre la contracultura estadounidense de los años 60, el autor recuerda que al principio del caso, cuando Manson y algunxs de sus seguidorxs habían sido acusados formalmente por los asesinatos en la mansión de Sharon Tate y en la residencia del matrimonio LaBianca, la prensa underground exhibió un fuertísimo apoyo al personaje que, paradójicamente, estaba oficiando de sepulturero oficial del "Verano del Amor" (Summer of Love).  Para muchos, parecía que se trataba de otro caso más de victimización de un hippie simplemente porque llevaba el pelo largo y lideraba una comuna poco ortodoxa. "Bugliosi -le dijo Manson al abogado adjunto del distrito de Los Ángeles- son los Beatles. Es la música que hacen. Hablan de la guerra. Los jóvenes escuchan su música y pillan el mensaje. Es subliminal". En rigor, Manson detestaba a los hippies. Su filosofía de vida estaba más cerca del totalitarismo hitleriano que de los sueños de Ken Kesey y Allen Ginsberg. En cierta ocasión, incluso, llegó a mostrarse de acuerdo con la contradictoria caracterización de ser un "hippie de derechas", racista y misógino en partes iguales, pese a que la mayor parte de sus seguidores eran mujeres jóvenes. En el underground de la época, Manson prefería llamarse a sí y a los suyos con el término "slippies", es decir, personas que se habían "escurrido de la sociedad" (slipping out the society). Como tales, compartían con el hippismo de las flores la cultura del ácido y el amor libre, pero se alejaban sideralmente de los soñadores de Grateful Dead y Jefferson Airplane, apostando por el robo y el asesinato antes que en optar por darle una oportunidad a la paz. Con su defensa inicial a este profeta desencadenado,  algunas de las plumas más influyentes de la contracultura californiana asumieron de su equipo a quien en realidad les estaba dando una puñalada por la espalda. 

"Cease to exist", interpretada por Charles Manson


Como un don nadie de la multitud, Charles Manson vio frustrados sus sueños de carrera musical cuando el productor discográfico Terry Melcher, (hijo de la recientemente fallecida Doris Day), le bajó el pulgar a sus canciones, metiéndolo en la misma bolsa que a montones de artistas ignotos con ansías de fama. El repaso biográfico de la vida de muchos líderes de Culto, comúnmente da cuenta del importante papel que juega la frustración vital como disparador aliciente en la espiral abusiva que es tema preminente en la vida sectaria. Por otro lado, y para apagar el fuego de las protestas juveniles, el sistema convirtió a Manson en portada de las grandes revistas, imagen recurrente de los noticieros y primera página de los diarios. Se lo vendía como el asesino desalmado, pero se falseaba la realidad al presentarlo como la cara visible de la juventud de los sesenta. La contracultura, y algunas de sus principales voces, tardaron demasiado en advertir la jugada. Cuando se dieron cuenta, para gran parte de la sociedad norteamericana y del mundo, Manson ya había sido convertido en el rostro visible de la estación final a la que podían conducir la búsqueda de alternativas vitales a los mandatos de la sociedad tecnocrática, y los nuevos y revolucionarios ensayos de expansión de la consciencia.

(Continúa próximamente)

martes, 9 de julio de 2019

Apuntes para repensar a "La Familia", el Culto de Charles Manson (Parte 3)

Susan Atkins y Patricia Krenwinkel


por Juan Manuel Otero Barrigón
(Prof. Cátedras "Psicología Social" 
y "Psicología de la Religión" - Universidad del Salvador, Buenos Aires)

"La Familia" nació en el Haight de San Francisco en 1967, coincidiendo con la eclosión plena de la contracultura hippie. Poco tiempo antes, Manson había recuperado su libertad tras varios años de cárcel por robo y proxenetismo. En esa ciudad conoció a Mary Brunner, la primera integrante oficial del Culto, y con quien tuvo a Valentine Michael Manson, su  tercer hijo. Posteriormente, se sumarían otras personas al grupo, especialmente adolescentes mujeres, algunas de las cuales pasarían a integrar el núcleo duro de la Comuna, con un rol destacado en  los crímenes de 1969. Entre ellas: Susan Atkins (alias "Sadie"), Lynett Fromme (alias "Squeaky"), Leslie Van Houten (alias "Lulu"), Patricia Krenwinkel (alias, "Katie"),  Catherine Share (alias "Gipsy"). Otros integrantes, varones que también cumplirían un papel protagónico en "La Familia", fueron Charles "Tex" Watson, Robert "Bobby" Beausoleil, Steve "Clem" Grogan y Paul Watkins. Aunque los seguidores más fieles a Manson, rondaban entre las doce y quince personas, más de 100 se integrarían temporalmente a la Comuna durante sus años de actividad.

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Charles Manson fue un hombre que quiso decir algo, y lo dijo de manera cruel, brutal, inhumana. Sus actos fueron más impactantes y claros, pero totalmente inmersos dentro de la travesía violenta que acompañaba gran parte del orden establecido de su época. Probablemente, una mayoría silenciosa que aprobaba la guerra de Vietnam y los asesinatos de estudiantes en Kent, quizás no fuera más que un campo de cultivo para decenas de Manson. Entre ellos, sin ir más lejos, podemos citar al oficial Calley, autor de la masacre de My-Lai. En el fondo, quizás no haya grandes diferencias entre My-Lai y el crimen de Sharon Tate: dos actos de ferocidad inaudita, violencia inútil, bestialidad gratuita. Uno bajo el título de crimen, el otro bajo el amparo de una guerra. ¿Quién le pone nombre a estos términos? En mi libro "Hamelin: un ensayo sobre fanatismo, abuso emocional y manipulación psicológica en grupos sectarios" (2016), recordábamos al respecto las palabras de Lewis Carroll, en un pasaje de Alicia en el País de las Maravillas

"Humpty Dumpty: Cuando uso una palabra 
quiere decir exactamente lo que yo quiero que signifique.
Alicia: Pero ¿cómo nos pondremos de acuerdo?
Humpty Dumpty: Lo importante es quién tiene el garrote".



Sharon Tate (1943-1969)


La palabra diablo, en tiempos de la muerte declarada de Dios, toma, desde hace algunas décadas,
sorprendentes sentidos. Uno de los más potentes es el del Gran Revelador, delator de la cara oculta, de la violencia subterránea de los rectos ciudadanos que sostienen, con sus impuestos, una sociedad agresiva que nada en la violencia. Si Manson despertó general indignación, no fue sólo por el rechazo provocado con  la espiral de locura que desató, sino porque en él la sociedad percibió parte de su propio juego subterráneo al descubierto. O como dijera alguna vez Hermann Hesse: "Sólo odiamos intensamente aquello que somos. Lo que no es parte de nosotros, no nos inquieta".


(Continúa próximamente)

sábado, 29 de junio de 2019

Apuntes para repensar a "La Familia", el culto de Charles Manson (Parte 2)



por Juan Manuel Otero Barrigón
(Prof. Cátedras "Psicología Social" 
y "Psicología de la Religión" - Universidad del Salvador, Buenos Aires)

Durante los jucios Tate/LaBianca que comenzaron en 1970, el tema que se discutió no fue como Manson había logrado manipular y convencer a los miembros de “La Familia” para que actuaran de la manera en que lo hicieron, sino la demostración de que realmente había existido ese dominio. Así, para entender el fenómeno Manson, ya por entonces era sumamente importante saber cómo conseguía persuadir a los demás. En esa línea se concluyeron algunas respuestas, parcialmente extrapolables a casos posteriores en torno a cultos de muchísima menor resonancia pública. Durante el curso de sus iniciales vagabundeos, Manson se había encontrado con miles de personas. La mayoría de ellas decidieron no seguirlo, porque se daban cuenta de que era peligroso, o porque no simpatizaban con la filosofía patológica que predicaba. Vincent Bugliosi, el fiscal a cargo de la investigación que finalmente obtuvo su condena y la de los miembros de “La Familia”, elaboró un pormenorizado esquema del sistema de creencias de Manson. Este creía que ‘Helter Skelter’, título de la canción de “The White Album” de Los Beatles, ocultaba mensajes sobre una inminente guerra racial apocalíptica  que Manson estaba decidido a precipitar. Una vez estallada, y junto a sus seguidores, se refugiaría en un pozo del Valle de la Muerte californiano, convirtiéndose así, en las únicas personas blancas sobrevivientes. Eventualmente, los negros ganarían la guerra, pero Manson   pensaba que estos no se podrían arreglar por sí solos, y finalmente le pedirían a él que fuera su líder. De esta manera, la apoteosis de Manson llegaría con la reivindicación colectiva de su destino mesiánico. Hasta 1967, año en que Manson funda “La Familia” tras conocer a Mary Brunner, había usado su verdadero nombre, Charles Milles Manson. Ya como Mesías autoproclamado, cambió su segundo nombre por Charles Willis Manson. Durante los juicios, ex miembros del culto comentaron haber escuchado a Manson, en ocasiones, pronunciar lentamente que su nombre era Charle´s Will Is Man´s Son (El deseo de Charles es el deseo del Hijo del Hombre). Operación semiótica habitual en muchos líderes abusivos, y a través de la cual sacralizan el sentido de su misión en la vida, y sobre todo, el de su propia persona.




De algún modo, Charles Manson fue uno de los espejos contemporáneos  que la humanidad se puso ante sí misma  para descubrir el lado B de su rostro. Manson es el retrato de Dorian Gray del ser humano frustrado. Ahí, entre la muchedumbre solitaria, conoció a Moloch, "por cuyas venas corre dinero". Aterrado, huyó al Valle de la Muerte. Su psicopatía había roto todas las cadenas que lo ataban a la sociedad, y desde ese lugar, decidió atacar brutalmente a la ciudad. Una de las peores castraciones de la vida contemporánea quizás sea la imposibilidad de atacar abiertamente lo que nos ahoga. Manson no podía matar a la ciudad, ya que nadie puede barrer del medio los rascacielos y las fábricas. Esa fue una de las grandes enseñanzas de Don Quijote, que no se puede luchar contra las máquinas. Y en esa impotencia, el ser humano desesperado, arroja golpes por doquier: de ahí nacen gran parte de los crímenes incomprensibles que cada tanto nos impactan en estos tiempos. El del pistolero solitario que  desde la azotea dispara a los transeúntes; el de ciertos jóvenes incomprendidos y emocionalmente marginados, que un día entran al colegio, desencadenan una masacre, y posteriormente se quitan la vida; el del oficinista que tolera años de malestar hasta que comete una tragedia en su lugar de trabajo.  Todos estos hechos reflejan golpes al voleo contra Moloch: la monstruosa ciudad, sus normas, el asfalto, el cemento, las máquinas, el Cronos devorador, la oficina oscura, el desgarramiento de los vínculos, el sinsentido envolvente. Manson fue un episodio sintomático de la crisis cultural que atraviesa la civilización. Su crimen podría servir como chispa que hiciera arder las tendencias invisibles reprimidas en la personalidad contemporánea. Actos como los suyos son excepcionales en esta época, actos con tal fuerza e intensidad que llegan a ser provocaciones, y obligan a reconsiderar los supuestos básicos de ética, cultura y relaciones de poder en nuestra sociedad. En una ocasión, Lawrence Ferlinghetti afirmó que los crímenes de "La Familia" Manson son un poema satánico, una obra de arte de lo abominable, un espejo levantado  frente a nuestra cultura.  Nada de lo cual romantiza de manera alguna el itinerario de "La Familia", ya que toda violencia es, por principio, injustificable. Pero algo que también debiera ayudarnos a recordar, que a menudo el propio orden establecido, fabricante de este tipo de monstruos, vive sus días respirando violencia.


(Continúa próximamente)

sábado, 1 de junio de 2019

Apuntes para repensar a "La Familia", el culto de Charles Manson (Parte 1)



por Juan Manuel Otero Barrigón
(Prof.  Cátedras "Psicología Social" 
y "Psicología de la Religión" - Universidad del Salvador, Buenos Aires)


Hoy inauguramos un nuevo hilo de reflexiones sobre Cultos, dedicado en esta oportunidad, a repensar a "La Familia , de Charles Manson. En Agosto se cumplen 50 años de los crímenes Tate/LaBianca , llevados a cabo por algunos de los miembros de este culto (1969). Es una buena ocasión, por ende, para aprovechar el caso y profundizar, durante estos meses, en algunos aspectos psicodinámicos del fenómeno. Comenzamos, así, con una inicial (y necesaria) puesta en contexto. Ya es de perogrullo recordar que los años 60´ fueron años bisagra en el siglo XX. Una década de profundas movilizaciones y cambios que atravesaron los órdenes de la política y la sociedad, la ciencia, la psicología, la espiritualidad y la religión. Tiempos de cuestionamientos hacia paradigmas obsoletos, y ensayo de nuevas búsquedas y cartografías vitales. Tiempos de lucha por los derechos civiles, de protestas antibélicas, de revueltas obreras y estudiantiles, de revoluciones sociales, de renacimiento de idearios ecológicos, de eclosión de nuevas propuestas artísticas. Una década de apertura a enfoques psicoterapéuticos inéditos, de cuestionamiento hacia las instituciones religiosas tradicionales, y de énfasis renovados en espiritualidades autoconscientes, determinadas a vivir allende los viejos dogmas. Los 60´ fueron, se sabe, años contraculturales. Otra cosa es ya puntuar, que todo proceso histórico complejo, y de hondo calado en el espíritu colectivo, suele incubar, como contracara a su desenvolvimiento diacrónico, su propia Sombra.
De allí la tesis en la que vamos ahondar, ya que el caso Manson reflejó, con la potencia brutal de pocos acontecimientos en la misma época, el lado oscuro de aquellos años oníricos.

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En términos históricos, Charles Manson es el primer gran líder de culto del mundo contemporáneo. Antes que él, e incluso por la misma época, existieron otros, pero ninguno llegó a provocar esa mezcla de desconcierto con morboso interés que despertó su figura. La maquinaria cultural estadounidense, siempre presta a fabricar idolatrías de toda clase y color, sin dudas contribuyó con lo suyo. Pero indudablemente, el factor decisivo de su fama se fundamenta en la naturaleza brutal de las acciones que promovió, y que aún hoy, para muchas personas, todavía se envuelven en un total sinsentido. A ello se le suma el dominio que Manson logró tener sobre sus seguidores, totalmente dispuestos a matar en su nombre. Y es que, a pesar de que criminológicamente algunos lo caracterizaron erróneamente como asesino serial, Charles Manson sólo participó directamente (in situ) en uno de los nueve crímenes probados que cometió la Familia. La habilidad de Manson para sacar a la superficie los odios latentes y la tendencia innata a la violencia por parte de sus fieles, lo convirtieron en un caso de estudio, que medio siglo despúes, sigue motivando nuevos ensayos e investigaciones. En dicho proceso de adoctrinamiento, Manson supo redirigir hábilmente la frustración personal de los miembros del Culto, para centrarla en un enemigo común: la sociedad establecida. Despersonalizó a las víctimas de sus atentados, convirtiéndolas en símbolos. Enseñó a sus seguidores una filosofía completamente amoral, que les facilitaba la total justificación de sus actos. “Si todo está bien, entonces nada puede ser malo”. Apeló a elementos de la religión para dejar entrever que él era la segunda venida de Jesucristo, pero cuidándose, al menos la mayor parte del tiempo, de  afirmarlo explícitamente. Sus tempranos, y algo superficiales coqueteos, con la Cienciología y la Iglesia de El Proceso del Juicio Final (fundada por la pareja inglesa Mary Ann y Robert DeGrimston), le proporcionaron elementos que confluirían luego en su propia doctrina, mezcla de profecías bíblicas, cultura pop rock y segregacionismo racial. El caso Manson, como todo caso con profundo impacto social, necesita ser abordado desde múltiples perspectivas. Se encuentran ahí la psicología clínica y forense, la criminología, la psicología social y de las religiones, la sociología y la antropología. La amplitud de aristas se revela en las distintas aproximaciones sobre su historia y la del Culto que lo tuvo como centro. Para muestra bastan un par de botones: tan solo este año, se estrenan tres nuevas películas y varios documentales, se editan al menos cinco nuevos libros, y los entresijos de su psiquis vuelven a ser tema de discusión en distintas publicaciones psicológicas. Está claro que, lo que se pone en juego, es algo más que el recordatorio de una simple efeméride.

(Continúa próximamente)

viernes, 17 de mayo de 2019

Sobre las guerras por motivos "religiosos"


Por Juan Manuel Otero Barrigón // Sobre los conflictos religiosos, una reflexión desde la psicología de la religiosidad. En las disputas étnicas o sectoriales relacionadas con la religión, las religiones proporcionan a las partes en pugna sus respectivas identidades. No obstante, de ahí no se sigue que sean esas diferencias de identidad las causantes del conflicto. Planteado esto de manera lógica, una multiplicidad de identidades son la condición necesaria para el conflicto, pero no su condición suficiente. Lo mismo pasa con las personas. Para que haya una pelea, tiene que haber partes distintas, pero la pluralidad de partes no implica que tenga que haber pelea. Y esto debido a que dichas situaciones, suelen ofrecer las condiciones tanto del odio, como las de la amistad.

martes, 30 de abril de 2019

Trastorno Antisocial y Trastorno de Personalidad Dependiente: líderes y seguidores


Exposición del Dr. John Burke sobre las relaciones entre el trastorno de personalidad antisocial característico de algunos líderes de culto y el trastorno de personalidad dependiente, que de acuerdo a la nomenclatura del viejo DSM IV, padecen algunos integrantes y ex integrantes de grupos abusivos. Recomiendo activar los subtítulos en idioma inglés, ya que el audio original del video es muy flojo.