sábado, 1 de junio de 2019

Apuntes para repensar a "La Familia", el culto de Charles Manson (Parte 1)



por Juan Manuel Otero Barrigón
(Prof.  Cátedras "Psicología Social" 
y "Psicología de la Religión" - Universidad del Salvador, Buenos Aires)


Hoy inauguramos un nuevo hilo de reflexiones sobre Cultos, dedicado en esta oportunidad, a repensar a "La Familia , de Charles Manson. En Agosto se cumplen 50 años de los crímenes Tate/LaBianca , llevados a cabo por algunos de los miembros de este culto (1969). Es una buena ocasión, por ende, para aprovechar el caso y profundizar, durante estos meses, en algunos aspectos psicodinámicos del fenómeno. Comenzamos, así, con una inicial (y necesaria) puesta en contexto. Ya es de perogrullo recordar que los años 60´ fueron años bisagra en el siglo XX. Una década de profundas movilizaciones y cambios que atravesaron los órdenes de la política y la sociedad, la ciencia, la psicología, la espiritualidad y la religión. Tiempos de cuestionamientos hacia paradigmas obsoletos, y ensayo de nuevas búsquedas y cartografías vitales. Tiempos de lucha por los derechos civiles, de protestas antibélicas, de revueltas obreras y estudiantiles, de revoluciones sociales, de renacimiento de idearios ecológicos, de eclosión de nuevas propuestas artísticas. Una década de apertura a enfoques psicoterapéuticos inéditos, de cuestionamiento hacia las instituciones religiosas tradicionales, y de énfasis renovados en espiritualidades autoconscientes, determinadas a vivir allende los viejos dogmas. Los 60´ fueron, se sabe, años contraculturales. Otra cosa es ya puntuar, que todo proceso histórico complejo, y de hondo calado en el espíritu colectivo, suele incubar, como contracara a su desenvolvimiento diacrónico, su propia Sombra.
De allí la tesis en la que vamos ahondar, ya que el caso Manson reflejó, con la potencia brutal de pocos acontecimientos en la misma época, el lado oscuro de aquellos años oníricos.

-----------------

En términos históricos, Charles Manson es el primer gran líder de culto del mundo contemporáneo. Antes que él, e incluso por la misma época, existieron otros, pero ninguno llegó a provocar esa mezcla de desconcierto con morboso interés que despertó su figura. La maquinaria cultural estadounidense, siempre presta a fabricar idolatrías de toda clase y color, sin dudas contribuyó con lo suyo. Pero indudablemente, el factor decisivo de su fama se fundamenta en la naturaleza brutal de las acciones que promovió, y que aún hoy, para muchas personas, todavía se envuelven en un total sinsentido. A ello se le suma el dominio que Manson logró tener sobre sus seguidores, totalmente dispuestos a matar en su nombre. Y es que, a pesar de que criminológicamente algunos lo caracterizaron erróneamente como asesino serial, Charles Manson sólo participó directamente (in situ) en uno de los nueve crímenes probados que cometió la Familia. La habilidad de Manson para sacar a la superficie los odios latentes y la tendencia innata a la violencia por parte de sus fieles, lo convirtieron en un caso de estudio, que medio siglo despúes, sigue motivando nuevos ensayos e investigaciones. En dicho proceso de adoctrinamiento, Manson supo redirigir hábilmente la frustración personal de los miembros del Culto, para centrarla en un enemigo común: la sociedad establecida. Despersonalizó a las víctimas de sus atentados, convirtiéndolas en símbolos. Enseñó a sus seguidores una filosofía completamente amoral, que les facilitaba la total justificación de sus actos. “Si todo está bien, entonces nada puede ser malo”. Apeló a elementos de la religión para dejar entrever que él era la segunda venida de Jesucristo, pero cuidándose, al menos la mayor parte del tiempo, de  afirmarlo explícitamente. Sus tempranos, y algo superficiales coqueteos, con la Cienciología y la Iglesia de El Proceso del Juicio Final (fundada por la pareja inglesa Mary Ann y Robert DeGrimston), le proporcionaron elementos que confluirían luego en su propia doctrina, mezcla de profecías bíblicas, cultura pop rock y segregacionismo racial. El caso Manson, como todo caso con profundo impacto social, necesita ser abordado desde múltiples perspectivas. Se encuentran ahí la psicología clínica y forense, la criminología, la psicología social y de las religiones, la sociología y la antropología. La amplitud de aristas se revela en las distintas aproximaciones sobre su historia y la del Culto que lo tuvo como centro. Para muestra bastan un par de botones: tan solo este año, se estrenan tres nuevas películas y varios documentales, se editan al menos cinco nuevos libros, y los entresijos de su psiquis vuelven a ser tema de discusión en distintas publicaciones psicológicas. Está claro que, lo que se pone en juego, es algo más que el recordatorio de una simple efeméride.

(Continúa próximamente)

No hay comentarios:

Publicar un comentario