domingo, 18 de noviembre de 2018

Reflexiones a propósito de #Jonestown (7)

Memorial a las víctimas de Jonestown en Oakland, California

Por Juan Manuel Otero Barrigón // Hoy, cuando se cumplen 40 años de la tragedia de Guyana, cerramos este hilo de pensamientos sobre el caso Jonestown con algunas palabras finales. Muchos líderes de culto, como Charles Manson, Shoko Asahara, Warren Jeffs, Keith Raniere (y aún tantos líderes políticos totalitarios del pasado y la actualidad) trabajan para sacar lo peor de sus seguidores, exaltar sus miedos y consolidar así su poder. J.Jones supo, inicialmente, apelar a lo mejor de los miembros del Templo del Pueblo, convirtiendo al grupo en una comunidad eficiente y solidaria. Convocó a los mejores amigos y familias para que pudieran compartir el trabajo por delante. Esto es visible aún hoy, cuatro décadas despúes de los acontecimientos, cuando muchos ex miembros de la iglesia permanecen en contacto, cuidándose unos a otros, y conmemorando aquellas fechas significativas que marcaron a fuego la tragedia compartida. Varios de aquellos sobrevivientes, conservan la memoria perenne de sus amigos fallecidos, mientras recuerdan con rencor y desprecio la espiral de locura en la que J.Jones se fue sumiendo, arrastrando consigo a todos los demás. Otros, más distantes y críticos como Jeannie Mills, reflexionaron sacando conclusiones personales sobre lo vivido: “Cuando encuentres la gente más amistosa que hayas conocido, que te introduce al más adorable grupo que jamás hayas encontrado, y encuentras que su líder es la persona más inspirada, cuidadosa, compasiva y comprensiva que hayas conocido, y en ese momento te enteras de que la causa del grupo es algo que nunca habías esperado que pudiera ser encarada, y todo esto suena demasiado bueno para ser cierto –probablemente es demasiado bueno para ser cierto-. No dejes tu educación, tus esperanzas y ambiciones para seguir un espejismo”. Son, podemos ver, distintas impresiones que reflejan una misma herida. Ya que detrás del “caso” y sus análisis, siempre laten fuerte historias de vida singulares; historias de búsquedas, de anhelos, de conquistas, de nostalgias, de alegrías, y por supuesto también, de muchísimo dolor.

sábado, 17 de noviembre de 2018

Reflexiones a propósito de #Jonestown (6)


Por Juan Manuel Otero Barrigón // El montaje ficcional de la vida en Jonestown no estaba dado por la insinceridad de los miembros del Templo del Pueblo, sino por la teatralización que J. Jones exhibía al gran público, con el fin de demostrar que estaba construyendo un paraíso en la tierra. La participación conjunta en las actividades comunitarias, la camaradería y el compañerismo entre los habitantes de la Comuna se vivían con alegría, intensidad y compromiso, especialmente al comienzo, cuando la utopía estaba aún en ciernes. Sin embargo, como hábil simulador, Jones sabía aprovechar cada oportunidad para exhibirse ante las cámaras y así mostrarse “como uno más” , compartiendo las mismas tareas extenuantes que el resto de los miembros del grupo, aunque sólo por poco tiempo. “Cada foto era una puesta en escena”, relata una ex miembro sobreviviente, “su poco tiempo dedicado a los trabajos físicos era sólo para ser visto”. Jonestown se edificó, así, como un proyecto colectivo, pero los mayores sacrificios descansaron en las espaldas de esos hombres y mujeres comunes que tradujeron aquellos sueños en esfuerzo cotidiano. Con el tiempo, el humor y las expectativas grupales comenzaron a decaer, el paraíso se tornó asfixiante, y el clima de paranoia fue copando el aire todos respiraban.

viernes, 16 de noviembre de 2018

Reflexiones a propósito de #Jonestown (5)


Por Juan Manuel Otero Barrigón // Muchas de las personas que se unieron al Templo del Pueblo lo hicieron porque creían sinceramente en el cambio social. Este cambio idealista parecía inminente dado que la sociedad estadounidense de la época estaba definida por una gran desigualdad, aún mayor que la actual, siendo este un aspecto continuamente exaltado en los extensos discursos de J.Jones. Por lo general, los cultos con contenido religioso (que no son todos los cultos), comparten una característica similar: tienden a desmovilizar políticamente. Esto no es lo que ocurrió en el Templo del Pueblo, cuyo ideario combinaba aspectos del cristianismo pentecostal con fuertes convicciones socialistas. Jones, incluso, llegó a trabar relación con ciertas personalidades políticas de la época, como fue el caso del influyente Harvey Milk, famoso político y activista que se convirtió en el primer hombre abiertamente homosexual en ocupar un cargo público en el país del Norte. Otros eventos en la historia compartieron similares procesos y resultados a los ocurridos en Guyana. Simplemente varían en alcance e impacto. Así como el discurso de un líder de culto puede encontrar una entrada a través de experiencias nocivas de la vida en general, otro también puede entrar por la puerta de aquello que es más amado y anhelado. Esto es, esencialmente, lo que sucedió con aquellos que se vieron seducidos por la figura de J. Jones.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Reflexiones a propósito de Jonestown (#4)

Ilustración: Shagrat

Por Juan Manuel Otero Barrigón // Se escribieron innumerables páginas intentando “diagnosticar” la personalidad de Jim Jones. Tarea compleja, ya que la certeza diagnóstica es difícil de lograr, dado que, y como muchos otros líderes de culto, nunca llegó a ser examinado psicológicamente. A las dificultades de hacer un diagnóstico preciso se añaden las circunstancias especiales bajo las cuales llegó a profundizar su cuadro psicopatológico. Es habitual, que a medida que el estado psicológico del líder se deteriora, la paranoia y la mentalidad de asedio vayan en aumento. En las últimas semanas, Jones solía dar sermones y arengas interminables, pasando un promedio de seis horas diarias hablando por altoparlante, con el fin de ser escuchado y obedecido por los habitantes de Jonestown. Para profesores como Gary Maynard, J. Jones podría haber sufrido un desorden severo de personalidad narcicista. Otros autores sugieren una personalidad marcadamente psicopática. El liderazgo de Jones, basado en el auto engrandecimiento, la explotación de los miembros del culto, la acumulación de dinero y la indulgencia sexual, se vio en riesgo cuando se sintió acorralado por las autoridades. En estos casos, no es infrecuente que los líderes de culto (incluidos, entre ellos, algunos psicópatas), viendo impedida su posibilidad de huir, escojan impulsivamente el suicidio y se lleven a otros con él, si es que ellos ya no pueden sostener la vida que tenían.

lunes, 12 de noviembre de 2018

Reflexiones a propósito de Jonestown (#3)


Por Juan Manuel Otero Barrigón// Toda simplificación suele dificultar la comprensión de fenómenos complejos, cuyas raíces se asientan sobre causas múltiples. Así, por ejemplo, la adhesión de tantos hombres y mujeres al Templo del Pueblo no puede atribuirse, con “el diario del lunes”, a su exclusiva situación emocional o a sus carencias personales de base. Eso no supone desestimar esos factores, sino evitar considerarlos como únicos. La emergencia y la expansión de este culto se sirvió de la habilidad de Jim Jones para tocar fibras muy profundas en el ambiente sociocultural y político del momento, algo que los escritos de psicólogos sociales, sociólogos e historiadores suelen explicar muy bien. El Templo del Pueblo supo funcionar , así, y durante muchos años previos a su desenlace trágico, como un refugio para cientos de mujeres y hombres que encontraron allí una reivindicación a sus reclamos políticos, sociales y existenciales. La densidad humana de esas experiencias personales no pueden reducirse a criterios clínicos o, peor aún, psicopatológicos. Son voces, que en un clima de indiferencia, anhelaban ser escuchadas, y que acabaron encontrando al receptor menos deseado.

sábado, 10 de noviembre de 2018

Reflexiones a propósito de Jonestown (#2)

“Welcome To Jonestown", pintura al óleo por Teresa Gordon

Por Juan Manuel Otero Barrigón // Pocos casos generaron bibliografía tan abundante como el de Jonestown, tanto académica como divulgativa, si bien con rigurosidad dispar. Algunos de los mejores trabajos a la fecha son, sin duda alguna, “Raven”, de Tim Reiterman (1982); “A thousand lives”, de Julia Scheeres (2011); y “The Road to Jonestown” (2017), del investigador Jeff Guinn. Obras estas que fueron valoradas incluso por algunos ex miembros sobrevivientes de la tragedia, entre otras cosas, como precisas crónicas de la vida cotidiana en el Templo del Pueblo, evitando el habitual sensacionalismo que puebla otros escritos. De cierto modo, el disparador que encendió la mayoría de las reflexiones psicodinámicas sobre el caso a lo largo de estas cuatro décadas, podría sintetizarse en la pregunta: ¿Cómo fue posible?. Y valga decir que, la respuesta desde la Salud Mental, necesariamente atravesará, transversalmente, distintas disciplinas, siendo las principales: la psicología social, la psicología de la religión, la psicopatología, la psicología forense, la psicología clínica y comunitaria, y el vasto campo de estudios en torno a la estructuración de la subjetividad.

jueves, 8 de noviembre de 2018

Reflexiones a propósito de Jonestown (#1)


Por Juan Manuel Otero Barrigón// Está próximo a cumplirse el 40 aniversario del suceso que sirvió de punto de partida a la investigación psicológica profunda en torno al fenómeno sectario. Me refiero a la tragedia de Guyana, ocurrida el 18 de Noviembre de 1978. Ese día se quitaron la vida casi un millar de personas, un tercio de ellas menores de edad criadas en la Comunidad de Jonestown, instigadas por su líder Jim Jones, un verdadero paradigma de la figura del líder de culto. En rigor, lo ocurrido en Guyana fue una mezcla de suicidio con asesinato en masa, ya que muchos de quienes fallecieron aquel día (incluyendo a la totalidad de aquellos niños y niñas) fueron presionados casi a punta de pistola para que aceptaran dar el paso y consumaran, así, "un suicidio revolucionario en protesta por las condiciones de un mundo inhumano", tal como expresó Jones en ese fatídico momento. El caso Guyana resulta un disparador interesante para reflexionar sobre distintos aspectos de este tema tan complejo. Empecemos por uno, guiados por la siguiente afirmación: lo ocurrido en Guyana constituye la excepción y no la regla. En su enorme mayoría, los cultos no alcanzan los extremos del Templo del Pueblo. No todos los cultos son iguales, y dentro del amplio abanico de este tipo de grupos, el caso de Jonestown se ubica en uno de los extremos, lo que lo singulariza como un caso verdaderamente atípico.

viernes, 2 de noviembre de 2018

Nuevo Curso (intensivo) de 1 día

"Abuso emocional y manipulación psicológica en grupos sectarios".

Fecha: Sábado 10 de Noviembre. 14 a 19hs. En la sede de la Red de Estudios Religare.

(incluye Coffe Break, certificado de asistencia y envío de bibliografía vía email)

Consultas&Inscripciones: jmobarrigon@gmail.com