viernes, 27 de abril de 2018

Sobre "Wild Wild Country"



Por Juan Manuel Otero Barrigón // La reciente serie documental "Wild Wild Country" ( Maclain Way, Chapman Way, 2018) es una genialidad narrativa de poco más de seis horas de duración, en torno a la historia del gurú indio Bhagwan Shree Rajneesh (más conocido en Occidente como Osho), y en especial de su comuna, que desde su nacimiento en Poona, a medidados de la década de los 70, comenzó a abrazar a muchísimos buscadores espirituales de Europa, Estados Unidos, y Oceanía. En 1981, Rajneesh y sus sannyasins decidieron asentarse en el estado norteamericano de Óregon, donde el culto estableció una comunidad internacional (Rajneeshpuram) que creció de manera fenomenal, alterando los nervios del conservador poblado de Antelope y con el tiempo también, de gran parte de la pacata sociedad estadounidense. El trabajo de los hermanos Way reúne un impresionante material de archivo, tanto fílmico como fotográfico, que acompañado de las bellísimas ilustraciones que guían momentos claves de la narración, convierten a la obra en una experiencial visual súper potente. El guión está maravillosamente construido y equilibrado, alternando entre dos grandes momentos. La primera parte del documental nos muestra como los seguidores de Rajneesh lograron construir una ciudad en funcionamiento muy rápidamente partiendo de la nada y en medio de la nada, movidos por la sola devoción al gurú, y por la pasión revolucionaria de quienes están embarcados en un definitivo viaje de transformación consciente. Las autoridades que los persiguen no se presentan como ángeles: sospechosos y farisaicos, intentan torcer las reglas para expulsar a los sannyasins de lo que consideran una violación a su status quo. A lo largo de esta primera parte, es difícil no simpatizar con la comuna y con su espíritu. Sin embargo, lentamente, el foco de atención narrativa comienza a deslizarse con fuerza creciente sobre la figura de Ma Anand Sheela, la asistente personal de Rajneesh y quien en la práctica, llevaba realmente la batuta de las principales decisiones de la organización. Si bien los documentalistas nos la presentan al mismo inicio de su relato, es a partir de la segunda mitad de la película donde su influencia cobra verdadera dimensión. Astuta, ambiciosa, y con marcados rasgos psicopáticos, Sheela está dispuesta a todo con tal de defender a la que considera la razón de su vida. Y si a lo largo de los primeros tres capítulos a uno le costaba entender los motivos de tanto ensañamiento contra la comunidad de sannyasins, los últimos tres nos develan más explícitamente su Sombra, junto a las razones que explican el naufragio de la utopía. El documental también se centra durante un buen rato en la acusación de "secta" que, en su tiempo, recayó sobre el grupo por parte de la mayoría de los medios de comunicación y de algunos activistas anticultos. En ese sentido, continúa con la tendencia actual de otros documentales similares en torno a movimientos filosófico/religiosos que eclosionaron por la misma época ("Hare Krishna!, de John Griesser o "Silo", de Leandro Bartoletti, son algunos ejemplos). Pero los cuestionamientos a Osho no sólo provenían de la incomprensión tendenciosa de sectores desinformados. Sociólogos de la religión como Bob Mullan, ya habían planteado que "sin duda, Rajneesh es ecléctico, usurpador de verdades, medias verdades de las grandes tradiciones. A menudo también es superficial, inexacto, falso y extremadamente contradictorio". Otros, como el profesor de estudios religiosos Hugh Urban, ponían el énfasis en la capacidad marketinera de Rajneesh, quien fue capaz de crear un camino espiritual que, pese a su diatriba rebelde, estaba muy en sintonía con las condiciones socioeconómicas del consumismo capitalista imperante. Pese a todo, para sus seguidores actuales, y especialmente para muchos de aquellos que compartieron su vida junto al gurú, la verdadera historia de aquellos años sigue sin contarse. El recuerdo de esos tiempos compartidos sigue conmoviendo corazones y provocando una dorada nostalgia en muchas personas. Un ex residente de Rajneeshpuram al que entrevisté tiempo atrás, lo supo sintetizar de esta manera: "Fue algo asombroso aquello que vivimos y, en muchos sentidos, somos el legado de que eso realmente sucedió".

El Trailer



viernes, 6 de abril de 2018