viernes, 5 de mayo de 2017

Sobre la lógica perversa justificatoria


Por Juan Manuel Otero Barrigón // A raíz del tristemente célebre desafío de la "Ballena Azul", el "juego" que provocó varios suicidios adolescentes en distintas partes del mundo, por estos días se conocieron los fragmentos de una entrevista hecha a su creador, el joven Philipp Budeikin, al diario ruso Saint Peterburg.ru, donde lejos de negar su responsabilidad con las consecuencias desatadas por su propuesta, justificó el "juego" con argumentos que se asemejan al discurso de los líderes abusivos. Budeikin afirmó que su propósito era el de "limpiar nuestra sociedad", y que para ello, dividió a las personas que participaban en su "juego", en dos grupos: gente y "residuos biodegradables". “Ellos (por estos últimos) son los que no tienen ningún valor para la sociedad, o solo le harán daño. Estaba limpiando nuestra sociedad de tales personas". Esas fueron sus palabras. Budeikin es ahora vinculado con al menos ocho comunidades virtuales desde las cuales se incentivaba al suicidio a los jóvenes, como prueba final a cumplir. Habrá que esperar para ver como avanza la investigación en su contra, pero sin duda podemos afirmar que estamos ante una lógica perversa, dispuesta a ofrecer cualquier cosa, por engañosa, falsa y destructiva que sea, si a cambio puede mantener el control del semejante. De hecho, una de las consignas, es que tras ser "invitados" a superar una prueba por día durante cincuenta días, los jóvenes luego tienen que enviar a los "tutores en línea", que utilizan perfiles falsos en Facebook y reparten mensajes con determinados desafíos a través de WhatsApp, una prueba que confirme la acción realizada, para así poder pasar al siguiente nivel. El discurso de Budeikin se asemeja al característico del psicópata redentor, que lleva adelante una cruzada de purificación moral y social en una sociedad corrompida y en decadencia, dispuesto a lo que sea, con tal de que su misión se cumpla. Algo parecido a la noción de Helter Skelter que popularizara Charles Manson hacia fines de los años sesenta. Por otro lado, el mecanismo de disociación, reflejado en la dinámica maniquea que divide a las personas en categorías binarias de buenos/malos, puros/impuros, salvados/condenados, es la propia de personalidades integristas con baja tolerancia a la ambiguedad, tendientes a cosificar al otro percibido como descartable, subhumano, o en este caso, "residuo biodegradable".  Otro tema es porque este "juego" ha tenido semejante difusión a nivel mundial, involucrando a tantos niños y jóvenes. Más que recomendable, para ello, es leer la excelente nota del colega Alejandro Schujman, con consejos dirigidos a los padres (goo.gl/oLnvq6). 

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