viernes, 18 de agosto de 2017

Fotografías (3)


Sergei Torop, más conocido como Vissarion, la reencarnación de Cristo en tierras siberianas. Cuando la Unión Soviética se desmembraba, este ex agente de policía de tráfico experimentó una epifanía que le reveló su nueva identidad. El timming fue perfecto, ya que tras la caída de la cortina de hierro millones de rusos regresaron a la iglesia ortodoxa tras siete décadas de supresión estatal de la religión. Muchos otros, emprendieron la búsqueda de alternativas religiosas, y en ese contexto,  Vissarion fundó la Iglesia del Último Testamento en la aldea de Obitel Rassveta, a más de tres mil kilómetros de Moscú. En torno a esta iglesia fueron surgiendo diferentes eco-aldeas, perdidas en bosques y estepas, donde además de hogares levantaron escuelas y otras instituciones que promueven la autosuficiencia. Se desconoce la fecha, pero Vissarion, quien habla pausado y jamás levanta la voz , anunció que partiría en un ovni, en compañía de algunos de sus seguidores, los más fieles. El día y la hora, sólo "El" lo saben.


Cuando cumplió 53 años de edad, la vida de Mitsuo Matayoshi dio un cambio radical: con título universitario bajo el brazo y una formación como predicador protestante, Matayoshi fundó, en 1997, el Partido de la Comunidad Económica Mundial, una organización político-religiosa, a partir del cual desarrolló un dogma basado en sus creencias personales: Él era Cristo y Dios al mismo tiempo, en un credo de cariz cristiana escatológica. Su misión es salvar las almas del mundo, pero dentro del sistema actual. Para eso debe cumplir algunos pasos esenciales. El primero, convertirse en Primer Ministro de Japón, para llevar a cabo una profunda reforma espiritual y luego ascender a las Naciones Unidas, como Secretario General, para poder, a partir de allí, llevar "la buena nueva" al resto del planeta. Desde que fundó su movimiento se presentó en 16 elecciones, buscando ser alcalde, consejero y gobernador, entre otros cargos, pero jamás ganó nada. El camino hacia la salvación no parece sencillo, apenas el 1% de la población de Japón es cristiana, y además, entre sus proclamas, estimula a sus oponentes políticos a suicidarse mediante el hara-kiri, aduciendo que están condenados a ir la Gehena, el infierno judío.


Año 1 d.C. Jesús, el mesías del cristianismo, muere en la cruz. Sobre su cabeza se lee un cartel mandado a colocar por Poncio Pilato que reza INRI (Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum o Jesús de Nazareth, Rey de los Judíos). Año 1979 d.C., el brasileño Álvaro Theiss ayuna en Santiago de Chile cuando tiene una revelación que cambiaría su vida y la de otros: él era Él, el hijo de Dios, la reencarnación de Jesucristo. Luego de un paso por Curitiba, se instala de manera definitiva a las afuera de Brasilia en 2006, donde emplaza Nueva Jerusalén, un complejo protegido por una cerca electrificada, coronada con alambre de púas, en el que vive junto a junto a 12 discípulos -tres hombres y nueve mujeres-. Adepto a las nuevas tecnologías, tiene una interpretación personal de las escrituras que se adapta a los tiempos modernos. Por ejemplo, en Apocalipsis 1, versículo 7, donde se sugiere que Jesús "volverá sobre las nubes", Él o él, considera que hace referencia a que puede viajar por el mundo en avión.


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