viernes, 19 de enero de 2018

Bajo distinto prisma


Pintura: David Choe

Por Juan Manuel Otero Barrigòn // La figura del líder es la clave para entender el funcionamiento de todo grupo sectario abusivo. Los miembros de los grupos sectarios están siempre más primariamente prendados del líder que de la ideología, que va a ocupar un rol secundario. Esto es algo que muchos estudios sociológicos y antropológicos contemporáneos sobre el tema no tienen en cuenta, sobre todo cuando centran sus esfuerzos, valiosos por cierto, en defender la legitimidad de las heterodoxias frente a la cultura oficial dominante. Focalizan un aspecto del fenómeno que los profesionales de la salud vemos bajo otro prisma. De ahí que muchos sostengan que el concepto de "secta" es obsoleto y poco académico. Quizás lo sea, y de hecho, muchos profesionales de la salud apelan ya a otros significantes. Pero lo cierto es que lo que antropólogos, sociólogos y psicológos entienden por la categoría "secta", diverge en su significado y alcance. Para la psicología, la relación líder/grupo es fundamental, indicativa del principal vector de análisis que nos ocupa. De allí que no interese la legitimidad social que un grupo tenga, su número de integrantes o las características de su doctrina. Cuando hablamos de grupos sectarios abusivos, nos importan los métodos y las dinámicas que emplean, y no lo que los grupos humanos, en su libertad de conciencia, eligen creer. 

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