sábado, 22 de abril de 2017

Psicología de la falsa modestia


"(...) El gurú rehuye toda solicitud directa de milagros, diciendo que aún cuando se esté en posesión de ese tipo de poderes, no ha de usárselos para satisfacer la ociosa curiosidad y, más aún, que preocuparse por estas cosas perturba seriamente la liberación. Debe advertirse que, cuando una persona se ve rodeada de cierta reputación relativa a poderes o habilidades extraordinarias de alguna clase, la gente suele buscarlos en las simples coincidencias de la vida de esta persona, interpretando acontecimientos perfectamente normales en forma sobrenatural. A menudo, los buenos comediantes dominan tanto al público que éste siente una ardiente expectativa de que el actor diga algo cómico; es así como logra que se desternillen de risa con unas salidas bastante vulgares. También el filósofo sabe crear una situación especial gracias a la cual un puñado de abstracciones, o de simples banalidades, impresiona a la audiencia como el summum de la profundidad; a veces esto ocurre, incluso, sin intención por parte del filósofo. Del mismo modo, la gente está decididamente ansiosa por confirmar la reputación de un psiquiatra determinado que lee en las personas como en libros abiertos, y toda la habilidad de los adivinos de la buenaventura consiste en explotar la información que sus clientes dejan escapar en su ansiedad por que se les lea el pasado y prediga el futuro. En estas circunstancias, nada conseguirá "el hombre de los poderes" con negar su magia, santidad, ingenio o profundidad, pues creerán que su negativa es un gesto de modestia".


Alan Watts, "Los caminos de la liberación", en Psicoterapia del Este, Psicoterapia del Oeste (página 78, Editorial Kairós)

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