martes, 10 de enero de 2017

La repetición y el "síndrome de la canción de misa quemada"


Por Juan Manuel Otero Barrigón // Sabido es que entre las técnicas de manipulación psicológica más empleadas por los grupos abusivos, la de la repetición del mensaje juega un rol preponderante. En realidad, esta no es exclusiva de este tipo de grupos, sino que en tanto técnica de condicionamiento, ha sido y es empleada en diferentes niveles y escalas, tanto por el marketing, la publicidad como por la política. En los grupos sectarios abusivos, la repetición apunta tanto a arraigar el mensaje sectario en la psique profunda, como a eliminar las ideas ajenas al grupo, al tiempo que dota a sus miembros de un sentido de pertenencia y comunidad, por medio de la posesión de un léxico y un acervo declarativo que los define y los distingue del resto de las personas. Cuando la información provista por el grupo se escucha de manera repetida, adquiere un aura de legitimidad. A través de mecanismos sencillos como la simple exposición, la familiaridad se traduce en actitudes positivas hacia el material, hacia el líder y hacia los miembros del grupo. En este contexto, los grupos sectarios de inspiración religiosa y aquellos de contenido psicologizado (grupos pseudoaching, pseudoterapéuticos, etc) suelen ser los que más apelan a la repetición como forma de lograr sus fines. Ahora bien, dicha técnica puede tener, en algunos casos, su contracara, especialmente en aquellos miembros cuyo compromiso no es tan fuerte y cuya lealtad es más provisoria. Es lo que José Alberto Barrera denomina el "síndrome de la canción de misa quemada". Canciones, cánticos y afirmaciones cliché  que, a fuerza de tanto oírlas y repetirlas, terminan resultando antipáticas, al punto de quitar todas las ganas de dedicarse a la actividad que las promueve. Muchas veces, lo excesivo termina agotando. El hastío y el aburrimiento que esto provoca en muchas personas puede derivar en la búsqueda de estímulos alternativos, por fuera del grupo, rechazo que se prolonga, en ocasiones, incluso pasado mucho tiempo desde la estancia en dicha agrupación. La curva de la eficacia de la repetición no tiene un desarrollo rectilíneo. Las más eficaces son, por un lado, las repeticiones a media voz y, por el otro, también las pronunciadas a voz en grito, que son realizadas en circunstancias desfavorables para la víctima, tal como ocurre en los seminarios de pseudocoaching. Sustraerse a los efectos de la repetición no siempre es sencillo.  Una vez que dicha técnica manipulativa se ha puesto en movimiento el individuo debería previamente evocar la coacción repetitiva y esforzarse por escapar de ella.

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