Por Juan Manuel Otero Barrigón // La proliferación de Cultos es característica de momentos en donde las esferas de lo comunitario, lo público y lo social entran en crisis, y ya no son capaces de ofrecer respuestas como solían hacerlo. Épocas en las que, al decir de Nietzsche, se quiebra cierta “unidad de estilo” antes presente. Algo sobre esto señalaba Arnaldo Momigliano, brillante historiador del siglo xx, al estudiar las sectas en la era del surgimiento del cristianismo. En esa época intertestamentaria, con un judaísmo totalmente atomizado, pululaban las sectas, que se iban multiplicando en momentos de incertidumbre. Desde entonces, y siempre contundente, el mensaje se sostiene invariable: el barco se está hundiendo, pero nosotros te vamos a salvar.
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